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En medios de la lucha antiterrorista no se escondía ayer el malestar provocado por la filtración del Gobierno el miércoles de que las cámaras de seguridad de los centros comerciales afectados por la explosión del coche bomba colocado por ETA en el centro de Madrid habían recogido imágenes de los dos etarras cuando aparcaba el coche con 20 ó 25 kilos de dinamita. Una revelación verbal del portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, que perjudica ahora la investigación policial.

Los terroristas que ayer colocaron el coche bomba en la calle del Carmen de Madrid sabían que había cámaras de seguridad en los centros comerciales de la zona y, por ello, tomaron precauciones para que sus caras no fueran grabadas. Según se puede ver en las imágenes captadas por las cámaras, los dos supuestos terroristas llegaron a las 5.56 horas a la calle del Carmen con los parasoles bajados del vehículo, un Renault 21, informaron fuentes de la lucha antiterrorista. Además, uno de los hombres llevaba una gorra en la cabeza, con la visera también bajada para evitar que las cámaras de seguridad grabaran su cara y, vestidos uno de ellos con una sudadera y el otro con un polo, bajaron del vehículo «dándoles la espalda a la cámara» y en posición «forzada», incluso uno de ellos se cubre la cara con la mano en el momento en que se gira al bajar del coche y camina unos tres o cuatro metros.

Las mismas fuentes señalaron que esto demuestra que los terroristas habían estudiado detenidamente la zona y que sabían que su acción podía ser grabada, por lo que tomaron todo tipo de precauciones con el fin de dificultar su identificación. Añadieron que probablemente contaban con otras personas de apoyo y que después de estacionar el coche bomba se dirigieron hacia la Puerta del Sol y huyeron en otro vehículo que les estaba esperando, ya que el Metro estaba cerrado a esa hora de la mañana. La Policía analiza las grabaciones de las cámaras, así como las que contienen la voz de la persona que avisó a los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, a la Delegación del Gobierno y a la Policía de la colocación del coche bomba.