Federico Trillo, que recordó que España no ha tenido, no tiene ni
tendrá munición de uranio empobrecido y que las tropas españolas
están desplegadas en zonas donde ésta no ha sido utilizada, indicó
que de los test practicados hasta el momento no han resultado
indicios de enfermedades o patologías derivadas de radiación.
Así, señaló que el caso del militar fallecido en octubre, el
sevillano Antonio González López, corresponde a una leucemia aguda
no linfoblástica, cuya causa no tiene relación con la presencia de
uranio empobrecido, y que la incidencia estadística general de esta
enfermedad es de un caso cada 33.000 habitantes. Insistió,
igualmente, en que este militar nunca estuvo destinado en Kosovo,
sino que su puesto de trabajo estaba en el destacamento logístico
próximo a Skopje (Macedonia), país que, dijo, nunca ha estado en
guerra ni ha sufrido ataques con munición de uranio
empobrecido.
La familia de Antonio Gonzaléz asegura por su parte que el
soldado sí que realizó misiones puntuales en Pristina a pesar de
estar destinado en Macedonia, y advierte que pedirá
responsabilidades a la administración española si finalmente se
demuestra la relación entre la exposición a la radiación y la
patología oncológica que le causó la muerte. Así lo aseguró el
hermano del fallecido, José Luis González.
Trillo, que ha mantenido y mantiene estos días contactos con sus
colegas europeos y con el embajador de España ante la OTAN, Juan
Prat, se mostró de acuerdo con su homólogo portugués, Julio Castro
Caldas, en la conveniencia de que sean los órganos de la Alianza
Atlántica quienes sigan examinando a fondo las causas del problema,
sin perjuicio de que cada país continúe realizando las pruebas y
test que considere oportunos.
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