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El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, explicó ayer que su almuerzo con José Luis Corcuera y Rafael Vera fue un «intercambio de información» con dos personas que «saben mucho», mientras el PSOE se desmarcaba de esta «comida privada» y aseguraba que no tiene «ningún interés» en saber de qué se habló en ella. El PP se limitó a expresar su «sorpresa» ante esta reunión, que tuvo lugar el miércoles en un restaurante de la localidad riojana de Fuenmayor, y EH reprochó a Arzalluz que no tuviera inconveniente en compartir mesa y mantel con alguien condenado por «organizar una trama militar para asesinar independentistas».

En nombre del PSOE, Jesús Caldera afirmó que la dirección de su partido no tiene que autorizar ni pedir explicaciones sobre una «comida privada» y tampoco tiene «ningún interés» en saber de que se habló en este almuerzo, por lo que recomendó a quien sí esté interesado «que se lo pregunte a los comensales». También se pronunció sobre esta reunión el secretario general del PSE-EE, Nicolás Redondo Terreros, quien, en declaraciones a Radio Nacional de España, aseguró que el almuerzo se encuadra en un marco de «relaciones personales, sin connotaciones políticas».

Arzalluz subrayó que su almuerzo con el ex ministro socialista de Interior José Luis Corcuera y con el ex secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera no fue ninguna conspiración y señaló que durante esta comida habló con sus interlocutores de «muchas cosas». Entre otras cuestiones, el líder del PNV habló con Corcuera y Vera del Ministerio de Interior; de su titular, Jaime Mayor Oreja; de la situación política actual y de asuntos como la guerra sucia y el CESID, si bien Arzalluz aclaró que la única consecuencia de este encuentro es que ahora los tres están «mejor informados».