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El zulo, de pequeñas dimensiones y que según fuentes policiales estaría en condiciones de acoger a otro secuestrado, se encuentra oculto en un local contiguo a la empresa «Puertas López», ubicada en el polígono industrial del barrio de Ventas de la localidad fronteriza. En la misma operación, ordenada por la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios, fue detenido el dueño de la nave donde se ha localizado el zulo, Mikel Jaúregui, quien se encuentra incomunicado acusado de presunta relación con banda armada.

Según fuentes policiales, el zulo es propiedad también del etarra expulsado por México Francisco José Ramada, «Vera». Precisamente, el descubrimiento del zulo se ha producido a raíz de las declaraciones efectuadas por Ramada y por su compañera, Sagrario Yoldi Mujika, «Mila», también expulsada por México a España. Después de declarar ante la policía, Ramada se desplazó a Irún y explicó a los agentes cómo se accedía al zulo. Fuentes policiales indicaron que el zulo es «tétrico» y «asfixiante» como en el que estuvo retenido casi un año y medio el funcionario de Prisiones José Antonio Ortega Lara.

El local en el que se encuentra el escondite tiene unos 120 metros cuadrados y está revestido al fondo de estanterías altas. Desde uno de los huecos a ras de suelo de dichas estanterías, se encuentra disimulada la puerta por la que se entra al «zulo», que consta de cuatro dependencias, la más grande de 1'80 metros de largo por 1 metro de ancho, y está forrado con un aislante para insonorizarlo. Dicha puerta, de hierro macizo, que por fuera simula ser el propio muro de la pared, se acciona con un mecanismo eléctrico que se activa mediante un dispositivo ubicado en otro hueco de la estantería.

El empresario vasco José María Aldaya, que permaneció 341 días secuestrado en ese habitáculo, lo describió como «un agujero» sin ventilación de tres metros de largo por uno de ancho y una altura de 1'90 metros. El escondite, en el que el empresario perdió 22 kilos y parte de la vista, está situado en un polígono industrial que se puede ver desde la villa donde residía Aldaya. El abogado Cosme Delclaux, que permaneció retenido 232 días, describió tras su liberación el lugar de su cautiverio en parecidos términos y explicó que se trataba de un lugar muy húmedo.