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Desde que el portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, anunció esta semana que el Gobierno presentará un recurso contra la sentencia de la Audiencia Nacional, que anula la congelación salarial de los funcionarios en 1997 y obliga al Ejecutivo a compensar a los empleados públicos por las cantidades que dejaron de cobrar, el PSOE no ha parado de anunciar las soluciones que serían válidas para solucionar este conflicto. Ayer José Luis RodríGuez Zapatero, secretario general de los socialistas, volvió a pedir a Aznar que no se ponga «nervioso» e «inteligentemente» se siente de inmediato a negociar con los sindicatos. Desde el PP se sigue acusando a la oposición de su «grave ignorancia presupuestaria».

Zapatero explicó que el Ejecutivo tiene que «tomarse en serio» el diálogo con los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, respectivamente, ya que, a su juicio, es posible alcanzar una solución pactada que permita al Gobierno abandonar la vía judicial que podría prolongar la situación hasta el año 2003. «Los sindicatos tienen acreditada una actitud permanente hacia el diálogo y eso lo sabe bien el señor Arenas», dijo Zapatero, quien recordó que si él estuviese en La Moncloa, lo primero que hubiera hecho es llamar a los sindicatos que están manteniendo «una actitud razonable».

Según los cálculos del líder socialista, que calificó a Mariano Rajoy -ministro de Administraciones Públicas por entoncesde «vicepresidente de las crisis», si el Gobierno hubiera hecho caso a sus advertencias en 1996 para no congelar el sueldo a los funcionarios, ahora el gasto habría sido de unos 40.000 millones y no de los cerca de 900.000 actuales.

Asimismo, Zapatero, quien cree que hay que dejar fuera del conflicto al Congreso, se mostró «muy preocupado» por el panorama que se abre con la sentencia de la AN porque considera que si no hay acuerdo se puede desatar una «importante conflictividad social en el sector público».