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Aún se desconoce el objetivo del coche bomba colocado el lunes por ETA en Madrid. A pesar de que las primeras investigaciones policiales apuntan al magistrado del Tribunal de Cuentas Eliseo Fernández Centeno, quien ha reconocido que pasó por el lugar segundos después de la explosión, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, afirmó ayer que aún no se puede asegurar nada. La policía continúa buscando posibles huellas dactilares en los dos vehículos explosionados por la banda armada y en la identificación de los terroristas, un hombre y una mujer jóvenes.

El titular de Interior explicó que «hay un testimonio de un magistrado del Tribunal de Cuentas que afirma haber pasado minutos o segundos después de la explosión, pero no podemos determinar exactamente el objetivo de ETA de ayer», refiriéndose al atentado del lunes. Mayor Oreja indicó que la investigación policial se centra en estos momentos en los testimonios de testigos presenciales que afirman haber visto a una pareja huir del lugar de la explosión del segundo vehículo en Vía Límite. Al parecer, una mujer de unos 25 años de edad y un hombre de 30 abandonaron el Renault 19 poco antes de que saltara por los aires.

«La policía está tratando de identificar las huellas dactilares y última la reconstrucción de los retratos robot a efectos de reconocimiento de las identidades de los dos miembros de ETA», explicó. El ministro del Interior aprovechó para reclamar la colaboración ciudadana y recordó que la aportación de los testigos ya fue fundamental tras el atentado que ETA perpetró en Sevilla contra el coronel médico del Ejército del Aire, Muñoz Cariñanos. El retrato robot elaborado corresponde a una mujer joven con melena corta, pelo liso y moreno y con la cara alargada.