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El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó ayer que no ve «tan difícil» alcanzar «un escenario común» con el Gobierno en materia de inmigración, mientras el secretario general del PP, Javier Arenas, aseguró que su partido «está dispuesto al diálogo», pero puso como condición que los socialistas demuestren «seriedad, claridad y coherencia».

El secretario general de los socialistas, aunque afirmó que «no existe un problema de cohesión» en su partido porque todos están de acuerdo en que se alcance un gran acuerdo de convivencia, recomendó templanza tanto al Gobierno como a sus compañeros de partido. Según Zapatero, no será difícil un acuerdo si las dos partes dejan a un lado «intereses coyunturales y partidistas».

Zapatero aseguró que su partido tiene un guión de siete puntos en el que se incluyen aspectos relacionados con la UE, el mercado laboral español y el papel de los sindicatos, empresarios, ayuntamientos y comunidades autónomas. En cualquier caso afirmó que no será muy estricto, puesto que se trata de abrir «un diálogo sincero con todas las consecuencias» en el que ambas partes deben buscar lo que les une «para garantizar una convivencia ordenada e integradora».

El líder socialista insistió en la necesidad de huir del debate ideológico y de entrar en discusiones sobre qué partido tiene una posición más ética, porque es un discurso peligroso. Además advirtió que, si el tema de la extranjería se utiliza como arma electoral, puede surgir el peligro de que aparezcan partidos xenófobos como sucedió en Francia con el Frente Nacional de Le Pen.