TW
0

Se recrudece el enfrentamiento entre Gobierno y PSOE. El presidente del Ejecutivo, José María Aznar, aseguró ayer que no ve motivos «suficientes» para remodelar su gabinete a pesar de los recientes problemas de algunos de sus ministros.«No pienso adoptar ninguna decisión al respecto porque no veo motivos suficientes». Así de tajante se mostró Aznar cuando se le preguntó, en la rueda de prensa conjunta que dio con el presidente ecuatoriano, Gustavo Noboa, por posibles cambios en su Ejecutivo. El 'caso Piqué', la crisis del aceite de orujo, el brote de 'legionella' o las huelgas de Iberia no han hecho mella en el presidente del Gobierno.

Tal y como dijo ayer en un mitin del partido, su Gobierno escucha todas las críticas y algunas le parecen más razonables que otras. Eso sí, aseguró que la hipótesis de realizar cambios en su Ejecutivo antes del final de legislatura es aventurar demasiado, ya que todavía quedan tres años para su final. «Ningún Gobierno» -dijo- es infalible, pero eso no implica cambios políticos de semejante envergadura». Y es que, añadió, hay críticas «un poco desmesuradas». Así, recordó que los sondeos ofrecen como resultado que casi la mitad de la población española confía en el Gobierno, y que si eso significa que «está enfermo, bajo mínimos o deprimido, yo me apunto». Sus ministros, dijo, cumplen sus funciones, aunque ahora esté «de moda» criticarles. «Me da la sensación de que hasta ahora las cosas van razonablemente, y, por lo tanto, vamos a seguir así», afirmó.

En este sentido, defendió la labor de sus ministros de Sanidad y Agricultura, Celia Villalobos y Miguel Arias Cañete en la crisis del aceite de orujo, ante las críticas de descoordinación. «¿Qué hubiese pasado si el Gobierno no hubiese adoptado las medidas preventivas de prohibir la venta de aceite de orujo y hubiese habido problemas?», preguntó, antes de afirmar que el Ejecutivo hizo «lo que tenía que hacer». Las palabras de Aznar no han acallado las críticas de la oposición. El portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, fue más lejos que hasta ahora y criticó tanto a Aznar como a nueve de sus ministros.

Del presidente del Gobierno dijo que es «un mal perdedor poco elegante», que está «empeñado en convencer a España de que las cosas van bien». También le acusó de intentar ridiculizar las propuestas de la oposición ante «sus 'hooligans' y acólitos» en un Debate sobre el estado de la Nación fuera de fecha y sin contrincante, en referencia al mitin del lunes. «Lo que ha de hacer Aznar es regañar a sus ministros, que son bastante ineficaces, y no a la oposición, para que de una vez se sepa quien coordina este Gobierno», apuntó. Caldera arremetió contra Villalobos y Arias Cañete por la crisis del aceite de orujo, y pidió la comparecencia de la ministra de Sanidad en el Congreso de los Diputados «por dignidad democrática».