TW
0
PAMPLONA. AGENCIAS. El concejal de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en el Ayuntamiento navarro de Leiza José Javier Múgica Astibia ha resultado muerto como consecuencia del atentado perpetrado esta mañana contra él en la citada localidad navarra, confirmó SOS-Navarra.

El atentado se produjo poco antes de las 10:00 horas, cuando la víctima, que acababa de abandonar su domicilio, puso en marcha su furgoneta y estalló un artefacto explosivo adosado a su vehículo. El concejal asesinado, de unos 50 años de edad, casado y con tres hijos, trabajaba como fotógrafo en un comercio de Leiza.

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha llamado esta mañana al presidente de Navarra, Miguel Sanz, también de UPN, para expresarle su pésame y solidaridad ante el atentado. Precisamente hoy jurará su cargo como lehendakari, acto en el que condenará el nuevo asesinato de ETA y expresará sus condolencias a todos los ciudadanos de la Comunidad Foral.

El concejal ya fue objeto de una agresión cuando su furgoneta fue incendiada en agosto del pasado año, acto sobre el que el edil comentó a Efe que «estos hecho en absoluto» le hacían plantearse el abandono del cargo y señaló que, al contrario, «cada vez que me hacen algo de esto, me crezco». El 14 de agosto del 2000, sobre las 2:00 horas, desconocidos rompieron los cristales de su furgoneta, aparcada en las inmediaciones de su vivienda, y rociaron con líquido inflamable su interior para prenderle fuego, lo que afectó al contacto e hizo que el vehículo se pusiera en marcha y chocara contra la pared de la vivienda, cuya puerta tapó.

El concejal, uno de los dos que UPN tiene en el Ayuntamiento de Leiza, gobernado por EH con seis ediles y completado por otros tres de EA, confesó que «ahí sí me asusté un poco, porque nos cerraban la puerta de salida de casa, pero nos mantuvimos con calma», aseguró.

Múgica explicó entonces que, tras conocerse los hechos en el pueblo, que celebraba sus fiestas patronales, algunos concejales de EH fueron de los primeros en llegar al domicilio, aunque disculpó que «la primera reacción con ellos no fue muy correcta porque estábamos muy exaltados y no les tratamos con la debida consideración», pero posteriormente sí conversaron cuando «calmamos los ánimos» y recibió muestras de solidaridad por parte de los ediles abertzales.