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OTR PRESS - BILBAO Numerosos ciudadanos del municipio guipuzcoano de Legorreta, donde residía desde hace cinco años el ertzaina Mikel Uribe, expresaron ayer su repulsa al atentado que acabó con la vida del agente, guardando 15 minutos de silencio. Representantes del PNV, como Joseba Egibar y Juan Mari Juaristi, y de EA, como Gorka Knörr e Iñaki Galdós, entre otros, asistieron al acto. La concentración se desarrolló por iniciativa del alcalde de la localidad, Xabier Iraola, frente al ayuntamiento, donde Iraola señaló que el asesinato de Uribe «ha sido un mazazo».

Horas antes, familiares, autoridades y representantes de todos los partidos excepto de EH visitaron en Tolosa la capilla ardiente del subcomisario de la Ertzaintza, asesinado al recibir en su cuerpo nueve impactos de bala, del total de casi 30 disparos que efectuaron los terroristas. Tras el atentado perpetrado el sábado en Leaburu (Guipúzcoa), ayer los máximos responsables del Ministerio del Interior, el lehendakari, miembros de su Gobierno y representantes de todos los partidos visitaron la capilla ardiente, instalada a primeras horas de la tarde en la comisaría de la Ertzaintza de Tolosa.

A mediodía, antes de que quedara abierta la capilla ardiente, se celebró en Leaburu, un pleno extraordinario en el que cinco de los siete ediles de la corporación presentes en la sesión, todos ellos de EH, no condenaron el atentado y dijeron que éste «ha puesto de manifiesto la más dolorosa consecuencia del conflicto político». La moción, aprobada por unanimidad por los cinco ediles de EH pide a todos los agentes políticos y sociales que «actúen con responsabilidad política» y «abandonen todos los caminos baldíos de los últimos años, haciendo frente a la estrategia sin escrúpulos de prolongar el conflicto de los estados francés y español».