Aznar junto a las presidentas del Congreso y Senado y a los presidentes del Constitucional y del Supremo.

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Aznar subrayó que el Gobierno no rechaza ningún debate, ni siquiera el del autogobierno del País Vasco, pero instó a los dirigentes nacionalistas a que aclaren qué es lo que desean y adónde quieren llegar. El jefe del Ejecutivo, quien reiteró su disposición al diálogo con el Ejecutivo vasco, lamentó los asesinatos de ETA durante el fin de semana e insistió en que los demócratas ganarán la batalla contra el terrorismo utilizando todos los medios que da el Estado de Derecho para «barrer» a los violentos.

No obstante, hizo hincapié en que todos aquellos que tienen responsabilidades para ejercitar esa lucha deben hacerla efectivas con toda determinación, momento en el que recordó que Juan José Ibarretxe fue elegido en mayo como lehendakari de todos, no sólo de los que le votaron. Tras hacer hincapié en que «las víctimas son inolvidables», Aznar se preguntó cuántas muertos más harán falta para que «algunos» se den cuenta de que la prioridad es combatir a los terroristas. Recordó que el lehendakari, en su debate de investidura, se refirió a esa prioridad, y tras asegurar que no le va a pedir explicaciones «por todo lo que se nos ha dicho» -dijo-, le pidió que eso se traduzca en hechos y haga de ello el eje fundamental de su acción política.

Los asesinatos del fin de semana, según Aznar, suponen un buen momento para reflexionar «si es lógico seguir gobernando instituciones en el País Vasco con EH, cuando están pasando estas cosas en las últimas semanas». El presidente del Gobierno aseguró que se ha comprobado que los miembros de EH son «soporte de actividades violentas y terroristas» y reiteró que sería bueno para la credibilidad del PNV y del Gobierno vasco que rompieran los acuerdos que tienen con esa formación abertzale en las instituciones vascas.

«Por esos hechos, por hacerlo o no hacerlo, manifestaremos nuestra opinión», puntualizó Aznar, quien instó al PNV a que no olvide que dispone de mayoría relativa en el Parlamento Vasco y eso le da legitimidad para gobernar, no para superar el orden legal o constitucional. El jefe del Ejecutivo defendió la alternativa de Gobierno que, encabezada por Oreja existe en el País Vasco, e insistió en su predisposición al diálogo para conseguir la libertad de los ciudadanos vascos. En ese contexto, aseguró que el Gobierno y el PP están dispuestos a realizar los debates que sean necesarios, como el del autogobierno; «es más, queremos hacerlo», dijo Aznar, quien agregó que serán «algunas personas» las que tendrán que medir la oportunidad del mismo. Ante ese debate, Aznar instó a que «alguien explique cuándo el País Vasco ha sido una entidad jurídica con más autogobierno que en este momento» y recordó que esa entidad no existía hace veinticinco años y la situación actual es fruto de una negociación y una ley aprobada en Cortes.