Jaime García Morey, durante su comparecencia ante la Comisión investigadora.

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El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, descarta dimitir por el 'caso Gescartera' «en estos momentos», pero asume la responsabilidad de las consecuencias de sus decisiones que puedan afectar al funcionamiento de instituciones. «Cuando uno tiene un puesto de responsabilidad es responsable», dijo ayer, aunque añadió que corresponde a la Comisión de Investigación parlamentaria depurar responsabilidades. Rato afirmó que no abandonará su puesto porque su partido no se lo ha pedido, a pesar de las exigencias y críticas de la oposición.

El vicepresidente económico eludió comentar posibles implicaciones de Pilar Valiente en el caso de la agencia de valores, al considerar que se trata de un asunto «suficientemente serio para que no hagamos más hipótesis». Tampoco se pronunció sobre las citas que sobre la dimitida presidenta de la CNMV aparecen en el dietario de Pilar Giménez-Reyna. «No hago ninguna valoración. Ya la ha hecho ella presentando su renuncia», se limitó a responder.

Desde la Comisión de Investigación parlamentaria, el portavoz del PP, Vicente Martínez Pujalte, negó ayer la posible responsabilidad del ministro, recordando las diferencias entre este caso y asuntos de corrupción de la etapa socialista, como Banesto, Ibercorp o los fondos reservados. Por su parte, PSOE e IU propusieron ayer que, para recuperar el prestigio de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tras el 'escándalo Gescartera', su presidente sea nombrado por el Parlamento y no por el Gobierno, lo cual exigiría acometer una reforma de la legislación sobre este organismo.

El portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, pidió que el Parlamento elija por mayoría cualificada al presidente y a los vocales del organismo supervisor, mientras que el portavoz de IU, Felipe Alcaraz, apostó por que estos cargos se designen por consenso de todos los grupos.

Jaime Morey declara ante la Comisión y niega su implicación en el escándalo
El ex cantante y representante de artistas Jaime García Morey, presidente de Gescartera Holding durante un tiempo, se convirtió ayer en el primer compareciente que acepta responder ante la Comisión de Investigación parlamentaria del Congreso, para negar toda implicación en el 'caso Gescartera' y asegurar que su único delito es «ser el padre de la novia», en alusión a Laura García Morey, novia del dueño de Gescartera, Antonio Camacho. García Morey dijo sentirse muy contento de comparecer ante la Comisión, y aseguró que desde hace dos meses y medio «ha sufrido acoso y no derribo». «Ha existido un desprestigio profundo hacia mí, hacia mi mujer y hacia mis hijas», añadió. Horas antes comparecía José Manuel Pichel, consejero delegado de Gescartera y ex director general de la Fundación ONCE, quien, siguiendo el ejemplo de Camacho y Giménez-Reyna, apeló a su derecho constitucional para no declarar, «sin perjuicio de seguir colaborando con el juzgado». No obstante, indicó que jamás ha participado en la gestión de Gescartera ni ha ejecutado poderes en la misma, y añadió: «Si se me levantara la condición de imputado me pondría a disposición de la Cámara y de los medios de comunicación. La Fundación ONCE y yo mismo a título particular somos víctimas en esa lista de afectados. Mi mujer y yo hemos perdido la totalidad de fondos invertidos».