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El Gobierno aprobó ayer un Real Decreto que regula los límites de exposición a las emisiones radioeléctricas de la telefonía móvil, que contempla entre otras medidas la exigencia a los operadores de certificados de los niveles de exposición en las áreas cercanas a las estaciones-base. Estos certificados, que exigirá el Ministerio de Ciencia y Tecnología, deberán presentarse de manera previa a autorizar su puesta en servicio. El Real Decreto, elaborado conjuntamente por los Ministerios de Ciencia y Tecnología y de Sanidad y Consumo, tiene como finalidad la protección de los ciudadanos ante las emisiones de las estaciones radioeléctricas utilizadas por los operadores para la prestación de servicios de radiocomunicaciones.

Para la certificación de las estaciones radioeléctricas de aquellas operadoras que ya estén en funcionamiento, se establece un plazo transitorio de nueve meses. Según el Gobierno, los sistemas de telefonía móvil que cumplen los criterios y distancias fijadas por la Unión Europea no representan un peligro para la salud pública. De esta manera y siguiendo la Recomendación del Consejo de la UE de 1999 relativa a la exposición al público en general a campos electromagnéticos, el Real Decreto aprobado ayer fija que el Ministerio de Sanidad y Consumo será el encargado de dictar los límites y pautas sanitarias que deben aplicarse.

Para el control de los niveles de emisión radioeléctrica, además de los certificados previos, los operadores deberán presentar una certificación anual y los servicios del Ministerio de Ciencia realizar planes de inspección. Además se obliga a los operadores a la señalización y vallado de las áreas próximas a las estaciones en las que se superen los límites de protección sanitaria establecidos.

El Real Decreto prevé que Ciencia y Tecnología ponga a disposición de los ciudadanos un informe anual sobre los resultados obtenidos en el control y seguimiento de los niveles de emisiones radioeléctricas. Según el Gobierno, los límites de exposición a emisiones radioeléctricas para la protección de la salud, recomendados por la Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones No Ionizantes son los más ampliamente aceptados en el entorno europeo.