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El presidente del PSC, Pasqual Maragall, hizo efectivo ayer su anuncio de presentar la moción de censura contra el Gobierno de Jordi Pujol al presentar en el registro del Parlament la solicitud formal, más de un año después de anunciarla. La moción se presentó minutos antes de las 18 horas, coincidiendo con el final del pleno del Debate de Política General. El debate y votación de esta iniciativa está previsto inicialmente para los días 17 y 18 de este mes, fecha para la que la junta de portavoces de la Cámara fijó un pleno ordinario aunque oficiosamente se reservaba para la moción de censura.

Maragall, se mostró seguro de su capacidad de «convencer a muchos» en el debate sobre la moción de censura. A pesar de augurar unos resultados numéricos desfavorables en los que dijo incluso prever una abstención de ERC, Maragall aseguró que la moción está «más justificada que nunca» ante la «insostenibilidad» de la acción de gobierno convergente. En una intervención leída ante la mayor parte de su grupo parlamentario y ante la prensa, a la que no se permitió hacer preguntas, Maragall se mostró convencido de que «Pujol no irá, ni antes ni después de la moción, con nadie que no sea el PP», ya que ello supondría «reconocer que no sólo se han equivocado en la gestión, sino en la opción política de un pragmatismo sin resultados».

Maragall aprovechó esta advertencia, no incluida en su discurso, para alertar también a ERC de que «nosotros no iremos tampoco con nadie si no es para cambiar de gobierno», con lo que rechazaba veladamente la propuesta de los republicanos para alcanzar un amplio acuerdo de estabilidad parlamentaria que incluyera a socialistas y convergentes.

Desde CiU, Artur Mas aseguró que el Gobierno de la Generalitat «tiene ganas» de desvelar el «juego oportunista y partidista» del líder del PSC. En el Debate de Política General, CiU pactó ayer con ERC varias resoluciones que la alejan del PP, al rechazar leyes como la de estabilidad presupuestaria y reclamar un mayor autogobierno, al tiempo que se ha apoyado en el PPC para evitar la reprobación del gobierno catalán pedida por los grupos de izquierda (PSC, ERC e IC-V).