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El Gobierno español mantiene que no hay crisis con Rabat. De esta manera, tal y como aseguró el ministro portavoz, Pío Cabanillas, no se plantea adoptar ningún tipo de iniciativa diplomática. Así, en el Consejo de ministros de ayer no se habló de crisis con Marruecos. «Si entendemos que no hay una crisis, no sé por qué habríamos de tomar unas medidas específicas». Cabanillas ponía esta idea sobre la mesa para explicar que el Gobierno considera «injustificada» la «hipotética crisis» y de dar por hecho que el Ejecutivo mantendrá su actual política hacia el reino alauí en todos los niveles: económico, financiero y cultural.

Aunque esa postura no evitó que el ministro portavoz lamentase la llamada a consultas del embajador marroquí en España, Abdesalam Baraka. Cabanillas confía en que vuelva a su puesto en breve. Una decisión que según el director de la revista marroquí 'Demain', Ali Emrabet, la tomó de manera unilateral el rey Mohamed VI sin contar con la opinión del ejecutivo alauita «el Gobierno marroquí no sabía nada. Creo que nuestro Gobierno piensa que las relaciones con España irán mejor. Pero el problema es que quien manda es el rey».

Quien ya se ha incorporado en su nuevo puesto es el cónsul marroquí en Algeciras, Hammatti Saadaoui, que se reunió ayer con la máxima autoridad en la localidad gaditana. No hablaron de la crisis entre los dos países, de hecho el cónsul no admitió que ésta existiera, se limitaron a comentar los diferentes proyectos de colaboración existentes entre el campo de Gibraltar y la región del norte de Marruecos. Ayer el diario marroquí 'Le Matin' esgrimía en su editorial que el Gobierno español «está cada vez más mareado» y que su diplomacia se ha convertido en «un barco a la deriva», entre otras muchas acusaciones.

Pío Cabanillas comentó que la advertencia realizada por algún medio de comunicación marroquí sobre el malestar que causaría la petición de visado para entrar en Ceuta y Melilla, el ministro portavoz se limitó a decir que el Gobierno no ha adoptado al respecto ninguna medida que no sea conocida y que no esté «perfectamente legitimada» desde las iniciativas que cualquier Estado puede tomar respecto a su territorio. El líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró por su parte que el PSOE realizará una oposición «de apoyo al gobierno de la nación» en el conflicto con Marruecos al tiempo que señaló su oposición a la retirada del embajador de este país en España.