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El fiscal Enrique Molina solicitó ayer al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón el ingreso en prisión incondicional por pertenencia a banda armada de once de los doce miembros de Gestoras Pro Amnistía detenidos el pasado miércoles en el País Vasco y Navarra, y que pasaron ayer a disposición judicial. Según informaron fuentes jurídicas, Molina ha pedido también a Garzón la puesta en libertad de Alejandro Velasco, detenido junto al responsable de Gestoras en Navarra Jesús María Beaumont.

El fiscal, quien fundamenta su acusación en el supuesto sometimiento de Gestoras a las directrices de ETA en asuntos como, entre otros, el control de los presos de la banda, pidió la prisión de los once miembro de Gestoras ante el riesgo de fuga por la gravedad de la pena a la que se enfrentan -que podría ascender a doce años de cárcely ante la posibilidad de que destruyan pruebas.

El otro detenido, Gaizka Larrinaga, hermano de Julen Larrinaga, quedó en libertad sin necesidad de ser puesto a disposición judicial. Los registros realizados el pasado miércoles en la «operación Udazken» (otoño)en los que se intervino abundante documentación, unida a la información obtenida en los pinchazos telefónicos, realizados en la causa, permiten acreditar que las actuaciones de Gestoras son coordinadas por ETA.

Mientras, el portavoz de la asociación Senideak-Gurea, Jon Barrena, manifestó que con la detención «se cerró un círculo vicioso que parte de la negación de unos derechos colectivos y termina con el encarcelamiento» de personas que luchan por los derechos de los presos. Barrena, quien actuó como portavoz de Senideak-Gureak en sustitución de Juan Antonio Madariaga, que está entre los detenidos, denunció que «han presentado a los detenidos como peligrosos terroristas, cuando de todos ellos sólo hemos recibido ayuda cuando la hemos necesitamos, solidaridad en los momentos de desamparo y una sonrisa amistosa ante la beligerancia».