El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, enmarcó el apoyo del PSOE y
el de CiU a la reforma de la ley de partidos en el «temor» de ambas
formaciones al presidente Aznar, y comparó la ilegalización de
Batasuna con «cerrar una úlcera en falso». El líder del PNV expresó
su oposición a la reforma pactada entre PP y PSOE, cuya
negociación, a su juicio, es un «espectáculo que me da pena». En
torno a esta modificación legal, consideró que el «PSOE está fuera
de sitio». El PNV anuncia mociones en los ayuntamientos para pedir
que las actuaciones para ilegalizar Batasuna «sean revocadas».
El secretario general de EA, Gorka Knörr, reiteró que su partido
expresará en Congreso y Senado su «oposición frontal» a la reforma
y acusó al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, de actuar,
«una vez más, como un vigilante de la plaza, porque, cuando Aznar
se está ahogando en sus propias contradicciones y en su política
autoritaria, sale él brindándose a echarle el flotador». El
coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, insistió en que a
pesar de las enmiendas pactadas por PP y PSOE para mejorar la ley
de partidos, esta norma rompe el consenso constitucional, y
advirtió que no servirá para evitar que Batasuna salga de las
instituciones. «La reforma de la ley de partidos tiene como
objetivo hacer imposible un escenario de Paz en Euskal Herria a
corto y medio plazo», afirmó el portavoz de Batasuna, Pernando
Barrena, quien recordó que el acuerdo entre PP y PSOE supone la
«alineación» socialista en la estrategia de los populares de
ilegalizar Batasuna, y su compromiso con el «fondo totalitario» de
la ley.
«El lehendakari Ibarretxe decía que traerá más clima de
violencia. Nosotros no podemos ser tan rotundos, porque es difícil
evaluar las consecuencias de ilegalizar al 20 por ciento de la
población vasca y no sabemos por dónde va a evolucionar el panorama
político. Pero que lo diga el lehendakari es muy significativo»,
agregó Barrena, quien se refirió al apoyo de CiU y lo tachó de
«algo lamentable».
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, expresó nuevamente
sus «dudas» sobre la eficacia y «oportunidad» de la ley de partidos
pero señaló que CiU ha apostado por un discurso «útil» y
«aprovechar las migajas de poder político que nos quedan para hacer
un servicio a la democracia» introduciendo modificaciones en el
texto del PP que impida la ilegalización de partidos por su
ideología. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez
Zapatero, manifestó su satisfacción por el acuerdo, un pacto con el
que gana «el Estado de Derecho y la Democracia», y pierden los
violentos. El secretario general del PP, Javier Arenas, manifestó
por su parte que el PNV no se suma al acuerdo porque prima la
«aspiración soberanista» sobre la «lucha democrática» contra el
terrorismo.
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