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La II Cumbre Unión Europea-América Latina y el Caribe plasmará el compromiso de las dos partes de reforzar sus «mecanismos de cooperación política, jurídica y operativa» contra el «terrorismo en todas sus formas y manifestaciones», según un borrador de la declaración política. La declaración, también llamada 'Compromiso de Madrid', comprometerá a las dos partes a «luchar contra el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones "que amenaza nuestros sistemas democráticos, nuestras libertades y nuestro desarrollo así como la Paz y la seguridad internacionales" conforme a la Carta de las Naciones Unidas y en el pleno respeto del Derechos internacional y las disposiciones del Derecho Humanitario».

Los países participantes se comprometerán «a reforzar» sus «mecanismos de cooperación política, jurídica y operativa, y a fomentar la celebración y la adhesión a todo tipo de convenios internacionales relativos al terrorismo y la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas en la materia». Además «rechazan» «las reiteradas violaciones de los Derechos Humanos y del Derecho humanitario internacional cometidas en Colombia por grupos ilegales, y condenan los ataques terroristas y secuestros. No hay referencia a ningún grupo en concreto. Sí, una mención de «apoyo» a «la búsqueda de una solución política negociada en Colombia».

En cuanto a las relaciones económicas, europeos y latinoamericanos expresan en el 'Compromiso de Madrid' su «satisfacción» por el reciente acuerdo de libre comercio UE-Chile, y hacen «hincapié» en «su compromiso» con las negociaciones en curso entre la UE y el Mercosur. En este punto, la Declaración aún no está cerrada, puesto que la parte latinoamericana exige incluir en él que el acuerdo UE-Mercosur llegará «antes de 2005», sin que la UE secunde la petición. Los ministros de Asuntos Exteriores abordan la cuestión en estos momentos.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, analizó con los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; Perú, Alejandro Toledo; y Costa Rica, Abel Pacheco, la Cumbre y abordaron proyectos de cooperación política, económica, educativa y lucha antiterrorista. Aznar se reunió con estos tres presidentes por separado en el Palacio de la Moncloa, después de presidir la Cumbre España-países del Caribe. Fuentes del Ejecutivo informaron de que la reunión entre Aznar y Chávez duró 35 minutos, pero no ofrecieron datos de la misma debido a que se desarrolló a solas, lo que no es muy habitual en este tipo de contactos debido a que suelen estar con algún asesor.

Aznar aseguró que los gobiernos que se sitúen al margen de los principios democráticos están «condenados al fracaso» y defendió el papel de las Fundaciones ante el convencimiento de que la actividad cultural «no es monopolio de los Estados». Manifestó que las naciones europeas y americanas comparten principios como el de la democracia representativa, el respeto de los derechos humanos y la libertad económica y de mercado, «que constituyen la base indeclinable de nuestras sociedades». Con esta afirmación, Aznar hizo hincapié en que «toda experiencia al margen de estos valores está condenada inevitablemente al fracaso y además, condena a los pueblos que lo padecen a padecimientos y sufrimientos muy graves».

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, denunció el «tono neoimperialista» y meramente economicista con el que Aznar afronta las relaciones entre España y América Latina.