En la imagen, el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan José Asenjo.

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El Gobierno criticó ayer la pastoral de los obispos vascos por considerar que defiende la «total impunidad de Batasuna» y supone una llamada a la «sumisión» de la sociedad vasca frente al terrorismo de ETA, y convocó al Nuncio del Papa en España, para expresarle «el disgusto y el malestar» del Ejecutivo español. La Conferencia Episcopal se desmarcó de la pastoral, que conoció «unos instantes antes de su difusión», y subrayó que la responsabilidad de esa pastoral es exclusivamente de los obispos vascos, cuyas tesis fueron sin embargo respaldadas por Gobierno vasco, PNV, EA e IU.

El Gobierno, tras hacer pública a mediodía una declaración crítica con la pastoral de los obispos, decidió convocar a través al nuncio del Papa en España para expresarle «el disgusto y el malestar» del Gobierno. Un portavoz de la Oficina de Información Diplomática explicó que el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, «puso de manifiesto la necesidad de que la Iglesia y la Santa Sede tengan constancia del sentimiento del Gobierno español». El portavoz explicó también que el embajador de España en el Vaticano ha pedido ser recibido en la Santa Sede para «hacer llegar los mismos sentimientos expresados por Piqué al nuncio del Papa».

Tras la reunión del Consejo de Ministros, el ministro Portavoz, Pío Cabanillas, leyó una declaración en la que el Gobierno acusa a los obispos vascos de haber ido «más allá de lo que a ninguna fuerza política democrática ha llegado» al defender la «total impunidad de Batasuna». El Gobierno entiende que los obispos advierten a los amenazados de que «su situación puede empeorar con la ley de partidos, les invitan a la sumisión a sus verdugos» y colocan a la sociedad vasca «en el camino de la obediencia a la disciplina mafiosa que imponen ETA y sus cómplices», algo que los demócratas no pueden «aceptar ni aceptarán».

Coincidiendo con la reacción oficial del Gobierno, la Conferencia Episcopal Española hacía público un comunicado en el que, por primera vez en su historia, se pronuncia sobre la opinión soberana de unos obispos en sus diócesis para desmarcarse de la carta pastoral de los obispos vascos. El comunicado subraya que conoció el contenido de la carta «unos instantes antes de su difusión» y que los obispos vascos han hecho pública la carta «bajo su exclusiva responsabilidad como pastores de sus propias iglesias particulares» y pone de relieve la determinación de la Iglesia de no intervenir en debates políticos. Rodríguez Zapatero exigió una rectificación «a fondo» de lo que consideró «no es una pastoral sino un manifiesto profundamente equivocado que no contribuye a garantizar los derechos y libertades de los ciudadanos que se sienten amenazados por una banda criminal a la que contribuye de manera muy clara» Batasuna.

En su opinión, la pastoral plantea que, «aunque Batasuna y ETA fueran la misma cosa sería mejor no tocarles y dejarles que campen a sus anchas, no vaya a ser que se cabreen». En apoyo de las tesis de los obispos vascos salió el Gobierno de Vitoria, por boca de su consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, quien consideró que los obispos vascos sólo han planteado «con mucha mesura» lo que «la inmensa mayoría de los ciudadanos vascos sabe: que una ley de esas características crea crispación y persigue objetivos diferentes a la propia pacificación». También EA aplaudió «las líneas generales» de la pastoral por considerar que son «reflexiones con validez muy directa para los católicos». IU opinó que la carta «es equilibrada» y recoge la forma de pensar de «la gran mayoría de los ciudadanos vascos».

Otegi pide a los empresarios que 'se retraten' también
El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, consideró que, en la pastoral, los obispos vascos «se retratan», al criticar la ilegalización de su formación, y pidió a la patronal vasca, Confebask, que también «se retrate» y de su opinión sobre esta materia. Otegi recordó la «cierta distancia» que mantiene su formación con la Iglesia católica, aunque manifestó su respeto hacia ésta porque «hay muchos militantes de la izquierda abertzale que, probablemente, sean católicos».