El enfrentamiento del Gobierno con los sindicatos, los inmigrantes
y ahora la Conferencia Episcopal ha propiciado una respuesta
conjunta de los partidos de la oposición. El secretario general del
PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer que «nadie puede
estar más a la derecha» que el presidente del Gobierno.
Zapatero cree que la mayoría absoluta ha hecho que Aznar
«aparezca como es y no como parecía que era». El líder socialista
recordó al presidente del Gobierno que en una sociedad democrática
aunque respetar todas las opiniones, incluso las que «no
entusiasmen», como las de la Conferencia Episcopal y antes la de
los obispos vascos o las voces críticas con la anunciada reforma de
la Ley de Extranjería. Sobre este asunto, Zapatero cree que el
error del Gobierno no es la Ley, sino la política de inmigración en
su conjunto, que ha sido «improvisada» y llena de «demagogia». El
coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, advirtió de la
posibilidad de que el Gobierno prepare leyes para «arrebatar» el
derecho a la educación hasta los 16 años, «regular a la baja» la
negociación colectiva y reducir el volumen de las pensiones. «Igual
que hemos visto una Ley de Partidos, podremos ver una de sindicatos
y una de obispos», alertó Llamazares, que se mostró convencido de
que «todo lo que el Gobierno no controla lo considera un enemigo a
batir».
Incluso los nacionalistas catalanes se han sumado a esta oleada
de protestas. El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran
Lleida, aseguró que Aznar va «sobrado», «acelerado» y «pasado de
vueltas» en las últimas polémicas en las que se ha visto envuelto.
Duran Lleida calificó de «desproporcionada e inaudita» la respuesta
a los obispos vascos y criticó también el 'decretazo' y algunas de
las manifestaciones de Aznar respecto al paro.
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