La reunión de Rabat despertó una gran expectación en los medios de comunicación de todo el mundo.

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JAVIER OTAZU-RABAT Los ministros de Asuntos Exteriores de España, Ana Palacio, y de Marruecos, Mohamed Benaissa, se reunieron ayer durante cuatro horas en Rabat para «confirmar» el acuerdo del pasado sábado por el que se comprometen a devolver a la isla de Perejil a su estatus de antes de julio. La reunión duró el doble de tiempo del inicialmente previsto, y despertó una gran expectación entre el medio centenar de periodistas no solo españoles y marroquíes, sino de numerosos medios árabes y europeos que aguardaban la salida de las delegaciones.

Sin embargo, los ministros no hicieron ninguna declaración ni antes ni después de la reunión y se limitaron a distribuir un comunicado en el que confirman el acuerdo del pasado sábado, anuncian una próxima reunión en septiembre en Madrid y acuerdan «abrir un diálogo franco y sincero con objeto de reforzar las relaciones bilaterales». El viaje de Ana Palacio a Rabat fue interpretado como un «gesto» español de buena voluntad hacia Marruecos, toda vez que ayer debía estar en Bruselas en una reunión de ministros de Exteriores de la UE, a la que faltó para cumplir así una tradición en la diplomacia española: que un ministro de Exteriores haga su primer viaje a Rabat.

Sin embargo, Benaissa no acudió a recibir a Palacio ni al aeropuerto de Rabat-Salé ni a las puertas del Ministerio, dejando que fuera el director general de Protocolo, Ali Benbuchta, el que lo hiciera en ambos casos. Benaissa sí acompañó a su colega hasta la salida y estrechó su mano, mientras una nube de periodistas y fotógrafos se echaba literalmente sobre ellos para arrancar infructuosamente una declaración. El inicio de la reunión, según las imágenes captadas por los fotógrafos, fue rígido y frío, aunque terminó en un clima más afable, aseguraron algunos de los participantes. Según fuentes próximas a las delegaciones, las discusiones sirvieron para explicarse mutuamente lo sucedido durante la «crisis de Perejil» y para redactar el comunicado conjunto, sin que se hubieron abordado otros contenciosos bilaterales.

Al parecer, en el encuentro acordado para septiembre se podrían tratar el resto de las cuestiones pendientes entre los dos países. Por parte española estuvieron además presentes el secretario de Estado de Exteriores, Ramón Gil Casares, el director general para Oriente Medio, el Mediterráneo y Africa, Gabriel Busquets, el director general de la Oficina de Información Diplomática, Alberto Aza, la directora del Gabinete del ministro, María Victoria Morera, y el encargado de negocios de la Embajada española, Eduardo Ibáñez. La parte marroquí ofreció una traducción escrupulosa al francés del comunicado conjunto, y no calificó la isla de Perejil de «marroquí», como hizo el pasado sábado el portavoz del Ministerio de Exteriores al dar cuenta del acuerdo alcanzado gracias a los buenos oficios del secretario de Estado de EE UU, Colin Powell.

El comunicado conjunto firmado hoy por los dos ministros recalca que «las actuaciones de ambas partes en este asunto no prejuzgarán sus respectivas posiciones en relación con el estatus de la isla», en una alusión que fuentes diplomáticas consideran se refiere a la llamada «reserva de soberanía». El comunicado subraya que las dos partes se comprometen a «restablecer y mantener» la situación de Perejil de antes del mes de julio «tal como ha sido interpretado por Colin Powell». Además, subraya que «ambas partes aplicarán este entendimiento de buena fe».

Texto íntegro del comunicado
Este es el texto del comunicado firmado ayer en Rabat por la ministra de Asuntos Exteriores de España, Ana Palacio, y el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Mohamed Benaissa: «Los ministros de Asuntos Exteriores del Reino de España y del Reino de Marruecos han confirmado formalmente el acuerdo para restablecer y mantener la situación respecto de la isla de Perejil/Tourah que existía con anterioridad al mes de julio de 2002, tal como ha sido interpretado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, el día 20 de julio de 2002. Las actuaciones de ambas partes en este asunto no prejuzgarán sus respectivas posiciones en relación con el estatus de la isla. Ambas partes aplicarán este entendimiento de buena fe. Ambas partes han acordado también abrir un diálogo franco y sincero con objeto de reforzar las relaciones bilaterales. Con este fin, ambos ministros han decidido reunirse en Madrid en septiembre de 2002».