El rechazo de Londres a reconocer el referéndum convocado por el
Gobierno gibraltareño sobre el futuro del Peñón es un «insulto a la
democracia», afirmó ayer el ministro principal de la colonia, Peter
Caruana. En declaraciones a la BBC, Caruana opinó que «sólo el
'Foreign Office' puede describir un referéndum, que es una
oportunidad para que la gente normal y corriente exprese sus
opiniones de modo privado y confidencial, como una medida
antidemocrática y fraudulenta».
«El pueblo gibraltareño no quiere la soberanía conjunta,
llevamos dejándolo claro ocho meses. Y ahora el ministro de
Exteriores, Jack Straw, ha acordado en principio (la soberanía
conjunta) con España», explicó el ministro principal. Según el jefe
del ejecutivo gibraltareño, lo que Londres y Madrid planean es,
«una vez que hayan acordado una declaración de principios -incluida
la adhesión del Gobierno británico al principio de la soberanía
conjunta-, presentar propuestas detalladas con esa base al pueblo
de Gibraltar».
Según explicó Caruana, el objetivo del referéndum es que «se
oiga la voz democrática y convencionalmente expresada» de los
gibraltareños. No obstante, reconoció que les gustaría «torpedear»
las negociaciones que mantienen España y Reino Unido sobre la Roca
pero «que lo vayamos a conseguir con este proceso es otra cosa».
También en declaraciones a la BBC, el ministro de Asuntos
Exteriores británico, Jack Straw, calificó de «excéntrico» el
referéndum convocado por el Gobierno gibraltareño sobre el futuro
del Peñón y afirmó que no tendrá ninguna influencia en las
conversaciones que Londres y Madrid desarrollan sobre la
colonia.
El presidente del Gobierno español, José María Aznar, recurrió
ayer a un «principio sustancial de discreción» para no entrar a
valorar las declaraciones del primer ministro británico, Tony
Blair. El jefe del Ejecutivo prefirió limitarse a recordar que no
se debe de hablar de estas cuestiones públicamente y que hay unas
conversaciones en marcha que tienen «unas fechas en el mes de
septiembre». En todo caso, admitió que, «sin duda» hay «asuntos
difíciles que afrontar y que resolver», pero que hay una voluntad
positiva por parte de Gobierno británico de resolverlos, actitud
que Aznar alabó. Asimismo, garantizó la misma voluntad positiva del
Gobierno español en las negociaciones. «Por tanto vamos a
ajustarnos a los tiempos de esas negociaciones para procurar
resultar de ellas algo positivo para los intereses de todos»,
concluyó Aznar.
Mientras, los principales periódicos británicos se hacía eco
ayer del anuncio hecho por Peter Caruana del referéndum sobre el
futuro del Peñón y coinciden en señalar que la consulta planteará
serias dificultades a las negociaciones que mantienen Londres y
Madrid. «El referéndum de Gibraltar pretende hundir las
conversaciones con España», titula 'The Guardian', subrayando que
Caruana dio «un golpe contra Reino Unido y España invitando a sus
20.000 votantes a que acaben con los planes de una soberanía
compartida» del Peñón.
Según el rotativo, «un rechazo mayoritario del plan
anglo-español de compartir la soberanía significaría un duro revés
a sus negociaciones» ya que aunque tanto Londres como Madrid «han
dicho que no reconocerán un referéndum unilateral, Reino Unido
siempre ha dicho que Gibraltar tendrá que aprobar el acuerdo
final». De la misma opinión es 'The Times' que recuerda que
«Londres ha prometido que no cambiará el estatus de soberanía de
Gibraltar contra los deseos de sus 30.000 habitantes». No obstante,
añade, «el Gobierno quería negociar en principio un acuerdo con
Madrid antes de preguntar a los gibraltareños».
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