El Partido Nacionalista Vasco fue la única formación que durante la
Diputación Permanente del Congreso de los Diputados celebrada ayer
votó en contra de la conveniencia de iniciar un procedimiento de
ilegalización contra Batasuna que arrancará con un pleno en la
Cámara Baja el próximo día 26 de agosto, tal y como decidió el
Parlamento con los votos a favor de PP, PSOE y Coalición Canaria y
las abstenciones de CiU, IU y el Grupo Mixto. La reunión de la
Diputación Permanente del Congreso fue escenario de agrio cruce de
acusaciones entre los impulsores de la iniciativa y el PNV. Los
nacionalistas vascos acusaron a los promotores de la iniciativa de
tratar de sacar rendimiento electoral de la ilegalización de cara a
las elecciones municipales de 2003 con una infernal política nada
antiterrorista.
José Antonio Bermúdez de Castro, del PP, recordó que la Ley de
Partidos puso «un límite que era la última oportunidad» para que
Batasuna corrigiera su forma de actuar, pero la formación abertzale
«ha venido manteniendo su desafío al Estado de Derecho» sin mostrar
«ni un ápice de rectificación ni de modificación de conductas».
Como ejemplos citó las «tristes agresiones» sufridas por la
alcaldesa de Lasarte, Ana Urcheguía, o las reacciones de Batasuna
tras el atentado de Santa Pola. «Y no fue un silencio, sino una
negativa», precisó, recordando que las palabras posteriores de
Arnaldo Otegi imputando los asesinatos a las instituciones
«agravaron las sospechas». A su juicio, ese tipo de conductas «son
más que suficientes» para demostrar la «connivencia» entre Batasuna
y ETA.
El secretario de Libertades Públicas del PSOE, Juan Fernando
López Aguilar, insistió en que Batasuna no sólo no condena los
atentados, sino que «los justifica». Según explicó, todo el mundo
hubiera deseado que Batasuna se desligara de ETA, pero a su juicio
ya no hay «esperanza alguna» de que eso de produzca, por lo que es
preciso actuar. «Es nuestro deber no consentir esta situación»,
proclamó. Desde el PNV, Joxe Joan González de Txabarri reiteró su
rechazo a la Ley de Partido y recordó que PP y PSOE «perdieron
estrepitosamente las últimas elecciones vascas y ahora vuelven por
sus principios tratando de sacar rendimientos electorales de su
iniciativa» con vistas a las municipales de 2003. «Vuelven a poner
en marcha una infernal política electoral, no antiterrorista»,
acusó.
Tras resaltar que todos los partidos democráticos defienden el
derecho a la vida y están en contra de la violencia, resaltó que
las formas de este proceso están «viciadas desde su inicio», pues
el Gobierno podría haber promovido la ilegalización por si solo,
sin el Parlamento. «Están forzando al máximo las instituciones»,
advirtió. Según explicó, al PNV le parece «miserable» que Batasuna
no condene la violencia, pero no acepta que se convierta en
cómplices de terrorismo a sus electores, el 15 por ciento de la
población vasca, según dijo. Además, advirtió de que la
ilegalización introduce nuevos elementos de conflictividad en
Euskadi.
A su juicio, PP y PSOE representan la «escuela de Bush» y están
«obligados» a determinar ya el diseño para el día siguiente de la
ilegalización «¿Van a suspender las elecciones municipales?»,
preguntó. El portavoz del PP le respondió que «lo que da alas a los
violentos es la pasividad». «¿A quién quieren proteger? "inquirió".
La unidad en la pasividad es la unidad en la resignación y la
claudicación, y ahí no nos van a encontrar». El pleno debatirá la
propuesta de instar al Gobierno a presentar una demanda para poner
fuera de la ley a Batasuna y a sus dos últimas marcas electorales:
Herri Batasuna y Euskal Herritarrok. La iniciativa se tramitará
como una proposición no de ley y los grupos parlamentarios podrán
presentar enmiedas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.