El presidente del Gobierno, José María Aznar, expresó ayer sus
dudas sobre los motivos del presidente de Irak, Sadam Husein, para
aceptar el regreso de los inspectores de la ONU y dijo que la
cuestión no es sólo ese regreso, sino el desarme del régimen, ante
el que defendió presión y firmeza internacional. Aznar se expresó
así ante el pleno del Congreso en respuesta a una pregunta del
coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien
pidió al presidente del Gobierno que explicara sus compromisos con
«la guerra de Bush en Irak».
El jefe del Ejecutivo subrayó su convicción de que únicamente
desde la firmeza se podrá acabar con la amenaza del régimen de
Husein, de quien dijo que vulnera sistemáticamente las resoluciones
de Naciones Unidas, desde hace años no admite a los inspectores de
este organismo «por alguna razón» y se sabe que está en posesión de
armas químicas y biológicas. Tras señalar que también se sabe que
intenta conseguir armamento nuclear y ha dado amparo a
organizaciones terroristas, Aznar subrayó "alineándose con las
tesis de Bush" que el Gobierno desea que el Consejo de Seguridad de
la ONU asuma sus responsabilidades «con todas sus
consecuencias».
«No sé si la iniciativa del régimen de Husein de aceptar
precisamente ahora ese regreso de los inspectores se debe a los
argumentos usados por usted aquí esta tarde», dijo Aznar
dirigiéndose a Llamazares, aunque precisó que le da sensación de
que no es así. Llamazares dijo Aznar y los «halcones» de Estados
Unidos han decidido que la solución a la inseguridad es la guerra y
la lógica de la fuerza, «frente a la lógica de la Justicia y del
Derecho internacional que la gran mayoría de los ciudadanos piensan
que puede ser la solución a los problemas», manifestó.
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