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La Fiscalía de la Audiencia Nacional va a pedir a Francia la extradición del presunto etarra José Antonio Zurutuza por el asesinato cometido el 26 de marzo de 1982 por los comandos autónomos anticapitalistas del delegado de Telefónica en San Sebastián Enrique Cuesta, padre de la actual presidenta de Gesto por la Paz. Sin embargo, que la solicitud sea concedida es difícil ya que Zurutuza tiene nacionalidad gala. Por eso, el Gobierno y la Fiscalía estudian las posibilidades legales para que el etarra sea juzgado en Francia por delitos cometidos en España.

Aunque se deniegue la entrega, la sola petición de la misma da lugar a un trámite que interrumpirá la fecha de prescripción del delito y en el caso de que, en el futuro, Zurutuza sea detenido en otro país, se podría volver a solicitar su extradición. Este etarra se encuentra en «libertad controlada» después de que fuera una de las cinco personas puestas el jueves en libertad por la policía francesa de las siete detenidas en Hendaya en el transcurso de una operación contra una empresa llamada Olabe Distribución que, al parecer, daba cobertura económica y laboral a miembros de ETA.

Según la legislación española, el crimen de que se acusa al director general de esta empresa conservera no ha prescrito. El problema es que Francia sólo estima el plazo de 20 años en la prescripción de los delitos de terrorismo desde febrero de 1995. Los cometidos con anterioridad a esa fecha prescriben en Francia antes del plazo de 20 años.