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El preso de ETA Félix Ramón Gil Ostoaga, excarcelado el nueve de octubre en tercer grado por la juez de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao, Ruht Alonso, fue hallado muerto la pasada madrugada de un disparo en el pecho en un bosque de Legazpia. Junto al cadáver se encontró una escopeta de caza propiedad de un familiar suyo. La Ertzaintza ha abierto la correspondiente investigación para delimitar las circunstancias de la muerte.

El relato de los hechos comienza a la una y cinco de la madrugada cuando una persona avisa por teléfono a la policía para comunicar que ha encontrado a una persona muerta en un paraje cercano al barrio de Urtatza. De inmediato, una patrulla se dirige al lugar y encuentra el cuerpo sin vida de un varón, tendido junto a unos troncos apilados en el lugar. Localizado el cadáver, se comunica el hecho a la autoridad judicial y el juez de guardia se persona en el lugar para proceder al levantamiento del cadáver que se traslada al anatómico forense donde se encuentra a la espera del informe definitivo de la autopsia. El informe preliminar avala la hipótesis del suicidio del etarra.

El cadáver pertenece al etarra Gil Ostoaga, condenado a 298 años de cárcel por ser el responsable de la muerte de cinco guardias civiles y un alcalde, y que, en estos momentos, disfrutaba de la libertad condicional que le concedió la juez Alonso el pasado día 9 de octubre, cuando sólo había cumplido 12 años de prisión efectiva. Según un informe realizado por el psicólogo de la prisión de Nanclares de la Oca, donde se encontraba el preso fallecido, Ostoaga había intentado suicidarse en dos ocasiones a raiz de su separación matrimonial.