Aznar se refirió a temas candentes como el del vertido del petrolero 'Prestige' y la crisis de Irak.

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«No es aceptable -dijo el presidente del Gobierno- que un terrorista salga después de pasar un tiempo en prisión -15 años, 20 años- y pueda volver a pasearse por su pueblo, volver a formar parte de los comandos para retornar a la organización terrorista».

Aznar explicó que el Gobierno ha decidido dos medidas: la primera, de cumplimiento íntegro de las condenas, y la segunda, de modificación del Código Penal, en virtud de la cual pasará de 30 a 40 años la pena para los terroristas. «Y quiero decir que van a cumplir 40 años de condena. Si son condenados a 40, cumplirán 40», enfatizó tras señalar también que el Ministerio de Justicia ya tiene redactados todos los proyectos sobre la materia y que la medida sería de aplicación igualmente para delitos «que puedan tener un carácter criminal especialmente grave».

Reunión
Aznar recordó que hoy se celebrará una reunión en el Ministerio de Justicia con distintas fuerzas políticas en la que el titular del Departamento, José María Michavila, expondrá estas modificaciones. «Espero y deseo -añadió el presidente- tener el mayor acuerdo posible de las mismas».

Una de esas fuerzas es el PNV. Aznar recordó que hace unos días hubo una manifestación en Bilbao bajo el lema de «ETA fuera». «Si eso es así -dijo- yo lo que pido es que los dirigentes del PNV sean consecuentes con ello».

«Lo que no se puede decir -prosiguió- es «ETA fuera» y recurrir la Ley de Partidos ante el Constitucional, oponerse al cumplimiento íntegro de penas, no querer disolver los grupos de Batasuna en los municipios, subvencionar organizaciones vinculadas a la organización terrorista».

El titular del Ejecutivo, quien hizo un balance de la actividad política del año que está punto de terminar, dijo, en referencia al programa con el que su partido ganó con mayoría absoluta las últimas elecciones generales, que todavía «queda mucho por hacer».

Para el presidente del Gobierno, 2003 «con todas las dificultades internacionales que sin duda tendremos que soportar», será un año razonablemente bueno para la economía española, «mejor -dijo- que 2002».

Entre los objetivo para el año entrante, Aznar mencionó dar un «impulso fortísimo» a las reformas sobre las nuevas realidades de la sociedad española, y citó concretamente las iniciativas en materia de seguridad, de lucha contra el terrorismo, en el campo de la inmigración, de las familias y del empleo femenino, así como la elaboración de un estatuto del discapacitado.

En el ámbito de las relaciones internacionales Aznar fue preguntado sobre la postura ante una eventual guerra con Irak.

Aznar fue rotundo en su respuesta: «El mundo tiene una amenaza terrible, y ante esa amenaza terrible no podemos mirar hacia otro lado. Y esa amenaza son las armas de destrucción masiva en manos de dictadores a las que pueden acceder terroristas.

El accidente del 'Prestige' fue otro de los elementos comentados por Aznar. Para el presidente del Gobierno, 2002 ha sido un año «razonablemente positivo, desgraciadamente oscurecido por el accidente del 'Prestige', del cual espero y deseo que podamos salir cuanto antes». Según él, el Ejecutivo hizo en este caso «lo que tenía que hacer». Aznar cree que en el caso del 'Prestige' ha habido «un intento de aprovechamiento político».