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Las consecuencias económicas de la marea negra del «Prestige» en el litoral atlántico francés, zona de turismo y pesca, ya han empezado, con la prohibición de la recogida y venta de mariscos de la cuenca de Arcachon, famosa por sus ostras.

Una nueva capa de fuel fue detectada ayer a la entrada de la cuenca, tras las dos, muy grandes, avistadas la víspera, dijo el prefecto de la región de Aquitania, Christian Frémont, e indicó que van a intentar sacarla del agua.

En las Landas, donde los primeros restos del vertido aparecieron el martes, llegaron ayer placas más grandes, mientras que en Ile d'Yeu, la marea se llevó de noche gran parte de las miles de pegajosas «galletas» llegadas ayer, pero se han localizado varias manchas, a tan sólo 15 kilómetros de la costa.

Ya en España, el mal tiempo de los últimos días, con un frente de lluvias y viento, regresó a Galicia, tras la «tregua» meteorológica del sábado, y dificultó las labores de limpieza del vertido del petrolero «Prestige», sobre todo en la mar, ya que los buques que recogen fuel se vieron obligados a permanecer amarrados a puerto.

Las adversas condiciones climatológicas impidieron también que el «Nautile» realizara su decimoquinta inmersión en la zona del hundimiento para continuar con el sellado de las grietas, por las que continúan saliendo regueros de combustible.

Precisamente, ayer se hizo público el último informe de los técnicos del submarino francés, que revela que el sábado se consiguió taponar una de las grietas de la popa.

Por otra parte, Sanidad ha realizado un total de 7.975 controles e inspecciones de los productos del mar destinados al consumo humano en las zonas afectadas por el vertido.