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Los nacionalistas y los partidos de izquierda arreciaron ayer las críticas contra el presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, que se ratificó en la necesidad de finalizar la distinción entre comunidades históricas y el resto, lo que no fue respaldado por el Gobierno.

El presidente del PPC y ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, calificó de «desafortunadas» e «inapropiadas» las declaraciones del presidente del TC, quien «se equivocó al expresarse de esta forma».

Varios ministros opinaron al respecto y señalaron que sus palabras no fueron las adecuadas, mientras que criticaron el tono de las declaraciones de los nacionalistas, socialistas e IU.

Así, el vicepresidente Rodrigo Rato, dijo que «nadie puede discutir que, en España, hay unas comunidades históricas en los términos que fija la Constitución» y añadió que «no debemos alimentar ningún tipo de debate sobre esta cuestión».

El ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, afirmó que Jiménez de Parga «no quiso herir sensibilidades» y consideró «desproporcionadas».

El ministro de Justicia, José María Michavila, dijo que los nacionalismos «son minoritarios y lo que no pueden pretender es ser hegemónicos». «No se pueden imponer ideologías minoritarias a todo el mundo».

Manuel Jiménez de Parga insistió ayer en que no quiso «ofender» ni «atacar» a nadie, ya que sólo pretendió con sus palabras exponer la situación real en cuanto a la organización territorial de España.

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, tildó las palabras de Jiménez de Parga de «desafortunadas» y dijo que quien tiene la tarea de interpretar la Constitución debe hablar a través de autos y sentencias, por lo que pidió el fin de la polémica.

La vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, afirmó que Jiménez de Parga «no se cree la Constitución» y apreció que cuestionar las diferencias de las históricas con el resto de las autonomías supone «un insulto». Los nacionalistas vascos ven en sus declaraciones la intención del PP de dinamitar el alto tribunal.

El conseller en cap de la Generalitat, Artur Mas, indicó que con las declaraciones de ayer del presidente del TC, «lejos de rectificar, se ratifica» en su propuesta «meditada» de poner fin a la clasificación entre las comunidades que son nacionalidades históricas y las que no, por lo que «nos sentimos excluidos de ese marco» de la Constitución Española.

En parecidos términos se expresó Josep Antoni Duran Lleida, quien pidió al presidente del Constitucional que «rectifique», como condición para que CiU y la Generalitat estudien si cambian su decisión de no asistir a los actos del 25 aniversario de la Constitución.

Para el PSE/EE, lo dicho por el presidente del Tribunal Constitucional «desacreditan la institución» y son «impropias de su rango y de su responsabilidad».

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, también defendió la diferencia entre las distintas comunidades, si bien señaló que «nunca puede dar lugar a desigualdades entre los ciudadanos» ni a «privilegios».

Para el Gobierno de Castilla-La Mancha, el derecho a la igualdad de oportunidades de los españoles «vivan donde vivan» es un principio «incuestionable» en cualquier interpretación que se haga de la Constitución.