La denuncia hacía referencia a las amenazas de muerte que el
presunto asesino habría hecho a su mujer en un bar de la localidad,
unas dos horas antes.
El cuerpo de la víctima, que presentaba once impactos de bala,
fue descubierto en el paraje Camino de Samper, cercano a esta
localidad del Bajo Aragón, después de que su marido, José Javier
Salvador Calvo, de 34 años, confesara su crimen en Teruel capital,
a donde se trasladó tras el asesinato.
La mujer, de 29 años y madre de tres hijos de 9, 6 y 4 años,
presentaba impactos de bala en la cabeza, el pecho, la zona dorsal,
un brazo y en la clavícula, según dijo el subdelegado del Gobierno
en Teruel, Marco Aurelio Rando, quien precisó que fue la madre de
la joven, y no ésta como se dijo en un principio, la que denunció
por teléfono las amenazas de muerte contra su hija.
Los agentes iniciaron de forma inmediata las diligencias hasta
que recibieron una llamada de la Comisaría de Teruel que les
informó de que había sido detenido el presunto homicida, un pequeño
contratista de obras de La Puebla de Hijar, donde la pareja vivía
con sus tres hijos.
La detención se produjo en el Hospital San José de la capital
turolense, donde entró con numerosas manchas de sangre y en estado
de fuerte «shock», según dijeron a Efe fuentes sanitarias.
Al personal del hospital les explicó que se dirigía a la prisión
provincial de Teruel, que está muy cerca del centro médico, para
entregarse porque había matado a su mujer, por lo que alertaron a
la Policía Nacional, que lo detuvo y a la que indicó el lugar donde
dejó el cadáver de su esposa horas atrás.
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