La jornada electoral dio para todo tipo de anécdotas, desde las más
triviales y divertidas a otras de mayor calado político y social
como las que tenían como eje el «no a la guerra», ePrestige o el
Plan Hidrológico, consecuencia directa de la prohibición de la
Junta Electoral Central de mostrar carteles con mensajes del tipo
«no a la guerra» en los colegios. En Madrid, diversos colegios
aparecieron con mensajes referidos a la guerra de Irak, que fueron
retirados. Idéntica situación se repitió en prácticamente todas las
autonomías.
Sin embargo, el presidente de la Junta Electoral Provincial de
Zaragoza no permitió la retirada de una pancarta con el lema «No a
la guerra», colgada a la entrada de un colegio electoral. El
interventor del PP había solicitado la retirada. Los agentes
consultaron al presidente de la Junta que, finalmente, decidió que
la pancarta siguiera presidiendo la entrada del colegio. Los
carteles con el «no a la guerra» se mantuvieron en otros muchos
colegios electorales de todo el país.
Otro lema, en esta ocasión contra el trasvase del Ebro, ocasionó
un incidente en una mesa electoral de Tortosa (Tarragona). Allí se
presentó un hombre vestido de negro y amordazado con un esparadrapo
en la boca para protestar contra la prohibición de exhibir este
tipo de lemas en la jornada electoral. Por otro lado, un
interventor del PP en la misma ciudad protestó al observar que un
miembro de otra mesa llevaba en la camiseta una pegatina contra el
trasvase, aunque el presidente de la mesa se negó a ordenar que se
la quitara.
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