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El Tribunal Supremo considera que la actuación del Parlamento vasco en relación con la disolución de Sozialista Abertzaleak (SA) es contraria al principio de «lealtad constitucional», ya que ayer mismo volvió a actuar como un grupo más dentro de la Cámara. La Sala Especial del Tribunal Supremo envió al Parlamento de Vitoria el auto que aprobaron el miércoles sus 16 magistrados en el que acordaron ordenar el embargo de las subvenciones y saldos de las cuentas corrientes de SA y pedir al presidente del Parlamento Vasco, Juan María Atutxa, que impida «bajo su responsabilidad personal» la presencia del grupo en la vida parlamentaria.

El propio Atutxa comentó en los pasillos del Legislativo que, por el momento, no se ha recibido la comunicación oficial del auto, por lo que no se pronunciará hasta analizarlo en profundidad. De cualquier forma, dos parlamentarias de Sozialista Abertzaleak, Jone Goirizelaia y Araitz Zubimendi, participaron en la reunión de la Comisión de Derechos Humanos, pese a la petición del PP y el PSE-EE de que se suspendiera o anulara la sesión, con dos puntos propuestos por la antigua Batasuna, ya que PNV, EA e IU/EB y el presidente de la Comisión, Iñigo Urkullu, se opusieron.

Tanto Urkullu, presidente de la Ejecutiva del PNV en Vizcaya, como los representantes de los tres grupos que apoyan al Gobierno, asumieron la responsabilidad de su actuación, aunque aclararon que no consideraban comunicado el último auto del Supremo, por lo que entendían que debían aceptar la presencia de SA en la reunión, en la que el tripartito y la antigua Batasuna sacaron adelante una resolución sobre un preso de ETA enfermo.