Por varios minutos, «asesino, asesino, asesino» fue el grito
unánime que despidió a Cavallo en el aeropuerto cuando fue
trasladado al avión de la Fuerza Aérea Española que lo condujo a
Madrid. Detenido en México desde el 24 de agosto de 2000, la
Justicia mexicana concedió la extradición, requerida por Garzón,
para ser juzgado por terrorismo y genocidio, aunque no por tortura,
porque estimó que ese delito prescribió.
Cavallo, conocido como «Sérpico», capitán de corbeta, estuvo en
la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última
dictadura militar argentina (1976-83), uno de los principales
centros donde se secuestró y asesinó a miles de personas. El ex
militar dirigía en México el Registro Nacional de Vehículos hasta
que un periódico publicó su historia como torturador, incluso con
testimonios de recluidos en la ESMA que le identificaban
plenamente.
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