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La Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI), un organismo del Consejo de Europa integrado por miembros independientes, hizo público ayer un nuevo informe sobre España en el que expresa su «inquietud» por el «nacionalismo agresivo» existente en el País Vasco y por «la dimensión xenófoba y étnica» de los atentados de ETA.

La ECRI ha constatado, durante su trabajo de campo desarrollado hasta diciembre de 2002, que en el País Vasco «una parte importante de la población no nacionalista es objeto de exclusión social, amenazas y violencia, que en algunos casos se cobran víctimas mortales». Por ello, expresa su «preocupación en particular por la dimensión xenófoba y étnica de los actos violentos cometidos por la organización terrorista ETA».

Además, el estudio, presentado en Estrasburgo (Francia), manifiesta «inquietud» por el informe del comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Alvaro Gil Robles, según el cual en escuelas del País Vasco «el uso de los medios de transmisión de la cultura y del conocimiento basado en una concepción legítima de posiciones nacionalistas, pero desafortunadamente involucrando la opción de exclusión y agresión contra aquellos que no son nacionalistas, roza a veces la incitación a posiciones racistas o xenófobas».