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El ministro de Administraciones Públicas y secretario general del PP, Javier Arenas, subrayó ayer por la tarde que, «en este momento», no hay «ningún escenario» sobre la celebración de un congreso extraordinario del partido. «La única decisión que vamos a tomar es la del candidato a la presidencia -dijo-. José María Aznar está elegido presidente del partido hasta el año 2005, y eso es lo que hay en este momento». En la toma de posesión del subdelegado del Gobierno de Madrid, Arenas se refirió a las declaraciones que hizo en una emisora de radio: «Lo que yo he dicho es que quizás no tenga sentido que después de las elecciones generales, haya un presidente del Gobierno distinto al presidente del partido», subrayó.

Según el 'número dos' de los 'populares', esa afirmación responde a una «reflexión intelectual», y recalcó que lo que trataba de explicar es que «quizá no tenga sentido algo que a lo mejor pasa». «Pero yo retiro lo que he dicho esta mañana. Se queda en reflexión intelectual», puntualizó. «Lo único que vamos a elegir es nuestro candidato a presidente de Gobierno en otoño -recalcó-. No hay ningún escenario de congreso extraordinario, y ya administraremos el futuro. Cuando se hagan las elecciones generales, decidiremos qué tenemos que hacer». Arenas había dicho por la mañana que, si ganan las elecciones generales de 2004, el partido tendrá que plantearse la posibilidad de que los populares tengan el mismo presidente que el Gobierno. Para Arenas, el sucesor de José María Aznar tendrá experiencia de Gobierno y «la misma ambición» que el todavía jefe del Ejecutivo. «Después de las elecciones generales habrá que plantearse que quizá no tenga sentido un presidente del partido distinto al del Gobierno», dijo Arenas. Esto provocaría casi un año de bicefalia en la dirección popular, aunque el propio Aznar ya ha descartado un Congreso extraordinario antes de 2005, así como una situación de esas características.No obstante, Aznar no adelantó en qué procedimiento está pensando para evitar esta situación. Una vez descartado el Congreso extraordinario, queda la delegación del poder, que es la fórmula que escogió Manuel Fraga en los meses que estuvo presidiendo el PP con Aznar ya como candidato a la Presidencia del Gobierno y, después de las elecciones, líder de la oposición. En caso de producirse, esa bicefalia no preocupa a Arenas, convencido de que «toda la atención política en la confianza de los ciudadanos» se concentrará en el sucesor de Aznar.