El jefe de la Fuerza de Maniobra, el general Juan Ortuño, ante el buque civil 'Carmen B'.

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El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, explicó ayer que el contingente con 1.300 militares españoles, que participará desde hoy en tareas de seguridad en Irak, permanecerá seis meses en una zona «relativamente segura» y aseguró que los efectivos serán trasladados en aviones nacionales o de EEUU. Como la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, dio a entender al decir que quizá no se trate de una misión humanitaria «en el sentido clásico de la palabra» y que tanto la paz como la seguridad «tienen un cierto componente de riesgo», desde la oposición se alerta del peligro para los militares españoles y advierte al Gobierno y al PP que serán «responsables» de lo que les suceda.

El titular de Defensa explicó que el Consejo de Ministros ha aprobado el envío de un contingente de 1.300 efectivos por el periodo inicial de seis meses, dentro de la fuerza internacional para la contribución a la seguridad en este país y de acuerdo con la resolución 1.483 de Naciones Unidas (ONU). Trillo afirmó que los miembros de las Fuerzas Armadas que allí se trasladen lo harán únicamente en aviones nacionales o estadounidenses, y que desarrollarán su misión en una zona «relativamente segura». El despliegue comienza hoy con la primera remisa de material que saldrá por mar. «Los efectivos, el contingente personal se trasladará por medios y capacidades exclusivamente nacionales y por aquellas que se han ofrecido a cooperar con nosotros, los Estados Unidos de América», insistió.

Según especificó Trillo, el despliegue deberá estar completado en torno al «15 o 20 de agosto» y afirmó que estará «plenamente operativo» a partir de los primeros días de septiembre.