Tamayo, durante su maratoniana comparecencia ante la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid.

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La intervención de Eduardo Tamayo fue aún más jugosa de lo esperado, aunque no aclarase si hubo o no trama en Madrid. La primera comparecencia en la comisión de investigación fue un intento del diputado tránsfuga de dar la vuelta a la situación y pasó de investigado a acusador. Acusó al PSOE de todo lo que pudo, incluyendo de entregar Madrid a «los comunistas» y desvinculó al PP de la hipotética trama. Y los populares le brindaron la posibilidad en su turno de preguntas de arremeter contra los socialistas. En todo caso, el PSOE probó que Tamayo no se opuso a los acuerdos con IU, la causa de su traición según aseguró, e incluso que no asistió a algunas de las reuniones.

La primera intervención de Tamayo tuvo un objetivo muy claro: culpar a Rafael Simancas de toda la crisis, hasta llamarle «traidor». Dijo que «vendió el Gobierno regional a los comunistas», ya que el PSOE había pactado con IU «entregarle el 50% del Gobierno de Madrid».

En total, presentó once «pruebas» contra el Gobierno socialista que comenzaron con recortes de prensa y continuó con las acusaciones que pudo desarrollar en el turno de preguntas del PP contra Simancas y Porta. También utilizó como «prueba» la reunión, según relató, entre José Luis Rodríguez Zapatero y José Blanco por parte de la Ejecutiva Federal y portavoces de Renovadores por la Base, entre los que estaba él mismo para evitar primarias en Madrid. Asimismo, aseguró que Simancas y Blanco conocían su deserción antes de hacerla efectiva en la Asamblea de Madrid.