TW
0

El Gobierno rebajó ayer la previsión de crecimiento para este año del 3 al 2,3 por ciento, culpando al retraso en la recuperación de la economía internacional de la reducción. La demanda interna crecerá el 3,1 por ciento, como estaba previsto, y será el principal sostén del aumento del Producto Interior Bruto (PIB) español en 2003, mientras el sector exterior tendrá una contribución negativa de casi un punto (-0,9 por ciento), frente al -0,4 previsto inicialmente por el Ejecutivo. El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, aseguró, a pesar de estos datos, que la situación de la economía española es «sólida y satisfactoria».

Quizá basándose en este optimismo, el Gobierno ha mantenido sus perspectivas de crecimiento para 2004 en un 3 por ciento del PIB como base para elaborar los Presupuestos. El año que viene, el crecimiento se basará en una aceleración de dos décimas de la demanda interna y una mejora del sector exterior (-0,4), como consecuencia de la recuperación de los principales mercados de España y una atenuación de los precios del petróleo.

La recuperación internacional estaba prevista inicialmente para principios de 2003 y en ese convencimiento se basaron las previsiones del Gobierno. Así lo explicó Rato en la rueda de prensa que ofreció al final de la última reunión del Ejecutivo antes de las vacaciones. El vicepresidente desgranó los sucesivos retrasos en esa reactivación mundial, que, finalmente, se ha retrasado hasta finales del presente año o principios de 2004. Pese a ello, aseguró que la evolución de la economía española sigue siendo satisfactoria, ya que crece más de tres veces por encima de la media de la UE (el 0,7 por ciento).