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El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, pidió ayer a partidos políticos y empresarios una «reacción contundente» para detener el plan del lehendakari, Juan José Ibarretxe, antes incluso de que lo presente en el Parlamento vasco. La primera reacción, la del Círculo de Empresarios Vascos, que ha mostrado su preocupación por la crispación política e institucional que reina en Euskadi. Para Rajoy, la responsabilidad la tiene el nacionalismo con un plan que no es más que «un guiño clarísimo» a los electores de Batasuna.

Rajoy tiene claro que lo que el lehendakari llama proyecto de convivencia, no lo es, sino que se trata de un plan «contra el PP y el PSOE» y un «guiño clarísimo» a los electores de Batasuna continuando el espíritu del Pacto de Estella. Según dijo, sólo tienen cabida en el plan los nacionalistas y, aún así, pone al País Vasco «al borde del precipicio».

No quiso adelantar cuál será la respuesta del Gobierno ni si se aplicará el artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía vasca. a pesar de que el ministro de Justicia, José María Michavila, ya ha anunciado que recurrirá al Constitucional. Para Rajoy, el objetivo ahora es que haya una «reacción contundente por parte de los partidos políticos que no creen en ese plan, de las organizaciones empresariales vascas y de muchísimos ciudadanos vascos que no creen en ese plan».