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IVÀN TERRASA-MADRID
Los cuatro hombres que han presidido el Govern balear recibieron ayer la medalla de oro del Senado. Gabriel Cañellas (1983-1995), Cristòfol Soler (1995-1996), Jaume Matas (1996-1999 y en la actualidad) y Francesc Antich (1999-2003) recibieron la medalla de manos del presidente del Senado, Juan José Lucas, junto al más de medio centenar de ex presidentes y presidentes de todas las comunidades autónomas de España (a excepción de los del País Vasco, que rechazaron la invitación) en uno de los actos de celebración del XXV aniversario de la Constitución Española.

Pocas veces se habrá visto a Cañellas, Soler, Matas y Antich sentados juntos, lo que esta vez consiguieron la ocasión y el protocolo. De hecho, durante la ceremonia, dialogaron y rieron entre ellos, en especial Cañellas y Soler. Una vez finalizado el acto se intercambiaron elogios personales ante los medios. «Con todos he tenido una muy buena relación ayer, hoy y espero que mañana. Con Antich igual; durante sus años de presidente se ha portado conmigo de una manera que no puedo más que aplaudirla», confesó Cañellas. Por su parte, Antich reconocía que «con el que más he coincidido es con Matas, pero con Cañellas y Soler tengo muy buen feeling». Cristòfol Soler, por cierto, no acudió al cocktail posterior ni posó junto a los otros tres presidentes en la foto para los medios de comunicación de Balears.

A pesar de la cordialidad y la armonía reinante y a lo festivo de la jornada, Cañellas, Matas y Antich dejaron algunas frases en clave política. El primero reconoció que «al Senado le falta alguna cosa». Por ahí fue también la reclamación de Antich: «Ha llegado el momento de realizar una reforma constitucional para reafirmar las nuevas necesidades de las comunidades autónomas». Matas, por su parte, incidió en que el acto estaba «lleno de significado político», ya que en estos momentos España «se juega mucho en el plano constitucional con el asunto del País Vasco». A la hora de los recuerdos y las nostalgias, Cañellas («no añoro gobernar, en absoluto, sólo la vida de partido») recordó enseguida «el Debate del Estado de las Autonomías de 1987, el único que ha habido en estos veinticinco años».