El presidente del PSC, Pasqual Maragall, afirmó ayer que la gran
coalición entre su partido y CiU, en este momento «sería doblemente
incomprensible» porque supondría la negación del cambio» propuesto
por el PSC y «negar el crecimiento de unas fuerzas que no estarían
representadas en el Gobierno», en referencia a ERC e ICV-EA, aunque
admitió que no se puede descartar nada. Por su parte, el presidente
del PP de Catalunya, Josep Piqué, afirmó que «no descarta» que se
celebren elecciones anticipadas por la «dificultad» de desarrollar
«una acción de gobierno coherente» por parte de cualquier alianza
que se establezca.
Maragall, aseguró que «hay que efectuar un análisis profundo de
lo que ha significado las elecciones, puesto que no son lo que
habíamos previsto». Aún así, aseguró que no abandonará la escena
política «porque los resultados no justificarán tomar una decisión
de este tipo».
Respecto a un posible pacto de izquierdas, el cabeza de lista
del PSC afirmó que, «si el pacto no cuaja, habrá una gran
decepción» y manifestó su intención de «respetar la reflexión» de
ERC que «ha de decidir lo que quiere hacer y deberá optar». «ERC ha
crecido y se postula como uno de los grandes partidos de la
política catalana», señaló Maragall, que consideró que el partido
de Carod «demostraría fidelidad a lo que el pueblo ha expresado en
las urnas» si respaldase un pacto con PSC e ICV-EA.
Por su parte, Piqué señaló que ve «muy difícil que se pueda
llegar al final de los cuatro años» con un gobierno CiU-ERC. Los
republicanos «necesitan que se visualice su poder», mientras que
CiU está dispuesta a hacer grandes concesiones para no perder el
poder», a lo que se añade «la lucha por la hegemonía en el espacio
nacionalista».
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