El Gobierno consideró ayer innecesario abrir una comisión de
investigación sobre la existencia de armas de destrucción masiva en
Irak, mientras que el PSOE solicitó la desclasificación de los
documentos secretos del CNI que sustentaron el apoyo del Ejecutivo
español a la guerra.
Rato defendió que «España asentó sus posiciones en las resoluciones
de Naciones Unidas y que, por tanto, la ONU tendrá que revisar los
criterios que aconsejaron tomar ciertas resoluciones».
El portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, recalcó que cuando el
Ejecutivo habló de armas de destrucción masiva estaba «haciendo
referencia a las propias declaraciones y resoluciones de Naciones
Unidas», mientras que el ministro de Defensa, Federico Trillo,
aseguró que «el CNI ni tiene ni ha tenido informes propios» sobre
estas armas.
«Nosotros, la información que tenemos es la información de
Naciones Unidas, y no tenemos información propia ni el presidente
nunca ha dicho que a él le conste; si le consta es en función de
los documentos y de la información que se nos facilita, y que
además es pública, porque hemos hecho referencia a ella», aseguró
Zaplana.
La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, explicó que, a
diferencia de España, en Estados Unidos y en el Reino Unido sí
tiene sentido investigar el uso de información de armamento sobre
Irak porque «el problema en estos dos países sí se ha manipulado» o
se han leído de «forma sesgada los informes de inteligencia».
Por su parte, el PSOE solicitó la desclasificación de los
documentos secretos del Centro Nacional de Inteligencia que
sustentaron el apoyo del Ejecutivo a la guerra de Irak para «poder
saber la verdad y demostrar que el Gobierno mintió» al decir que
había pruebas de que Sadam tenía armas de destrucción masiva.
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