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El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró ayer que la última reforma del IRPF ahorró 310 euros de media a cada familia en 2003, además, afirmó que la presión fiscal en este impuesto se mantuvo el año pasado, a pesar de que los ingresos del Estado por renta han aumentado un 4,8 por ciento, porcentaje inferior al crecimiento del PIB nominal.

Montoro afirmó que bajando los impuestos de manera «eficiente» es posible aumentar la recaudación y permitir que el Estado se financie mejor. «El actual IRPF es más eficiente, sencillo, justo y equitativo, porque aportan más los que más capacidad económica tienen», subrayó, añadiendo que, pese a la rebaja del impuesto, la recaudación no sólo no se ha resentido, sino que además ha mejorado su elasticidad-renta, lo que ha permitido ensanchar las bases del impuesto y aumentar el número de declarantes.

El titular de Hacienda presentó al Consejo de Ministros un informe sobre los resultados de la segunda reforma del IRPF. El texto revela, entre otros datos, que el año pasado tributaron medio millón de españoles más por este impuesto, alcanzando los 17,5 millones de contribuyentes.

En la campaña de la renta de 2003, que se efectuará este año, habrá casi 17,5 millones de contribuyentes, medio millón más que en la campaña anterior, frente a los 14 millones de 1995. Según el informe presentado por el ministro de Hacienda al Consejo, la reforma del IRPF aprobada en 2003 supuso una rebaja total de la cuota, incluyendo la paga mensual de 100 euros a las madres trabajadoras con hijos menores de tres años, del 13,15 por ciento.

En total, la reforma del impuesto produjo un ahorro de 3.800 millones de euros (una media de 310 euros por familia) y supondrá la creación de 127.138 puestos de trabajo en los dos primeros años de aplicación (2003 y 2004), de acuerdo con las simulaciones del Instituto de Estudios Fiscales.