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OTR/EFE-LAS PALMAS/TENERIFE
El candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió ayer en Las Palmas el voto a todos aquellos ciudadanos que estén «hartos de políticos arrogantes» y se comprometió a gobernar con la idea de recuperar la unidad de los demócratas en una nueva etapa «de concordia».

También pidió que los socialistas se vuelquen en la semana que queda de campaña electoral, para pedir el voto del cambio independientemente de a quién votara en anteriores comicios. «¿Qué sería de Rajoy en esta campaña si no existiera Carod-Rovira?», se preguntó Rodríguez Zapatero, convencido de que Rajoy, al que tachó de «muy incompetente», tiene «una obsesión patológica» con el dirigente republicano catalán.

Aseguró que el único pacto que pretende firmar el PSOE es con los estudiantes, con las familias y con los trabajadores, mientras que el PP pactó con George W. Bush para emprender una guerra y con los especuladores inmobiliarios. Por estos motivos, acusó al Gobierno de José María Aznar y Mariano Rajoy de haber utilizado la mayoría absoluta como un cheque en blanco para no rendir cuentas ante nadie. Y del candidato popular dijo que está obsesionado con el secretario general de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira.

Rajoy pidió el voto para los socialistas que quieran a Carod-Rovira en un Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero, a lo que el candidato socialista dijo que el voto es de los ciudadanos y no de los partidos, que son los votantes quienes pueden hacer real el cambio que promete. Sí pidió el voto para quienes «estén hartos de políticos arrogantes, que descalifican, que nunca reconocen nada, que insultan y que denigran la vida pública».

Rodríguez Zapatero aseguró por la noche en La Laguna (Tenerife)e que llegará a La Moncloa con «la verdad por delante» y para dar progreso a los españoles, y aseveró que «no habrá miradas hacia atrás ni se levantarán alfombras» como hizo el PP en 1996. En el pabellón Santiago Martí ante más de 5.000 personas, el líder del PSOE precisó además que en su Gobierno no habrá «aspavientos» y recordó la denuncia que hizo el PP cuando llegó a La Moncloa sobre un supuesto agujero de 200.000 millones de pesetas en las cuentas del Estado.