La policía siguió la pista del terrorismo islámico desde las
primeras horas posteriores a los atentados del 11-M. Así se recoge
en las diligencias policiales que se refieren a los tres primeros
días de la investigación, que forman parte del sumario judicial,
según publicaba ayer 'El País'. Esta información contradice la
tesis del anterior Gobierno, que defendió durante toda la jornada
del 11-M, que ETA estaba detrás de los atentados.
Según las diligencias policiales, el terrorismo islámico fue
siempre la prioridad de la investigación, a pesar de que ETA
aparece en las declaraciones políticas y de los medios de
comunicación. Los documentos policiales que forman parte del
sumario judicial sólo mencionan en una breve ocasión a ETA. Un
testigo aseguró que dos personas que llevaban ropas reflectantes
podían ser vascos, pero no concretó sus motivos.
A partir de ese momento, se ordena la obtención de los listados
de pasajeros de los vuelos internacionales que se efectuaron en la
noche del 10 de marzo y los de los vuelos que se iban a realizar en
los próximos días. Además, el juez ordena a Telefónica, Amena y
Vodafone la relación de llamadas efectuadas en la zona.
El relato policial, según 'El País', explica el hallazgo de una
mochila bomba en El Pozo que los artificieros se ven obligados a
explosionar. Más suerte hubo con la bolsa que también se halló en
El Pozo, que es el que abrió todas las pistas sobre los móviles y
sobre el explosivo usado en la matanza, Goma-2 Eco, y no Tytadine
como suele usar ETA.
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