En el piso de Leganés en el que se inmolaron varios terroristas
islámicos cuando fueron acorralados por agentes de la policía el
pasado mes de abril, se encontraron 330 envoltorios de dinamita con
la misma numeración que la que se había suministrado a Mina
Conchita entre los días 23 y 15 de febrero. También hallaron
detonadores de cobre y aluminio de un tipo que sólo se emplea en la
explotación asturiana.
Los primeros análisis del explosivo encontrado, que se
encontraba almacenada en paquetes de dos kilogramos, permitieron
desvelar que la dinamita tiene una antigüedad de más de dos años,
indicio que da lleva a pensar que el tráfico de explosivos viene
realizándose desde varios años atrás.
Agentes de la Benemérita vienen realizando rastreos desde hace
semanas en las inmediaciones de explotaciones mineras asturianas
para tratar de encontrar zulos ilegales en los que podría haber
sido escondida la dinamita.
En la operación de rastreo del viernes participaron agentes de
la Guardia Civil de Madrid con apoyo de efectivos asturianos.
Además de los explosivos, los agentes se llevaron una muestra de
puntas, tornillos y de tierra de la mina con el objetivo de
comprobar si coincide con los restos encontrados en los
atentados.
La existencia de este zulo en Mina Conchita con paquetes de
goma-2 con al menos dos años de antigüedad indicaría que los robos
en esta mina vendrían produciéndose al menos desde esa fecha,
aparte de que, como ya afirmó el juez Juan del Olmo, sería muy
probable que el tráfico de explosivos se remonte a varios años. La
mayor parte se podría haber destinado a la pesca ilegal.
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