Ayer, el senador del PSOE José Carrasco dijo que la visita de Ana
de Inglaterra demostraba «la frivolidad y el cinismo del Reino
Unido». Desde el PP, el diputado por Cádiz Aurelio Sánchez Ramos
dijo que al visita era «inoportuna e innecesaria», sobre todo
cuando se están realizando negociaciones. «No es el mejor momento
para tensar esa situación», afirmó.
Fuertes medidas de seguridad para la llegada de la princesa Ana.
Un total de 700 efectivos, entre soldados y policías, se
desplegaron para velar por la integridad de la miembro de la Casa
Real británica durante su paso por Gibraltar. La llegada de doña
Ana al aeródromo gibraltareño fue en torno a las 14.38 horas. Allí
fue recibida por sir Francis Richard, gobernador de la Roca; John
Alcántara, alcalde de la colonia; y Peter Caruana, ministro
principal.
El pasado viernes, el ministro de Exteriores, Miguel Angel
Moratinos, afirmó que la visita de la princesa era «causa de
preocupación y disgusto» en el Ejecutivo central. Moratinos recordó
que el Gobierno de Zapatero ya mostró su disgusto en relación con
la conmemoración del Tercer Centenario de la ocupación británica,
por lo que esta visita era «inoportuna».
Pero el Gobierno de Gibraltar no entiende tanto revuelo puesto
que la princesa está de visita en «territorio soberano británico».
«La protesta formal del Gobierno español es incomprensible», dice
en un comunicado, agregando que el Ejecutivo del Peñón lamenta
profundamente que el Ejecutivo español considere «una ofensa» la
celebración del Tercer Centenario.
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