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Todos los grupos del Congreso expresaron ayer su rechazo a la petición del PP de que el ministro del Interior, José Antonio Alonso, comparezca fuera de la comisión de investigación del 11-M para explicar la relación entre agentes de la Guardia Civil y confidentes vinculados a los atentados.

Tras un tenso debate en el seno de la Diputación Permanente de la Cámara Baja, se rechazó la petición del PP ya que está previsto que Alonso declare ante la comisión del 11-M la próxima semana. El portavoz del PP, Vicente Martínez Pujalte, consideró pertinente la comparecencia de Alonso ante la Comisión de Interior para acabar con «el apagón informativo» que, según él, existe con el nuevo Gobierno respecto a la marcha de las investigaciones, y se preguntó a «qué tiene miedo» el PSOE. Martínez Pujalte consideró que era necesario «conocer quien es la X de este atentado»

El representante socialista, Alvaro Cuesta, acusó al PP de pretender «confundir a la opinión pública» mediante la «estrategia basura» de «organizar una caravana de confidentes en el Congreso» y «recibirles con todos los honores» en sus «coches celulares».

En esta política enmarcó la propuesta de que comparezca Alonso para hablar sobre personas que «cobran por mentir y delatar», hacen «de la mentira su sustento» y presuntamente facilitaron los explosivos a los terroristas del 11-M.

Además de alegar esta supuesta falta de credibilidad de Rafá Zouhier y Eduardo Suárez Trashorras, recordó que durante esta semana se han producido testimonios sobre los confidentes por parte de mandos de inteligencia, policiales y de la guardia civil, algunos «casi monográficos», como el del responsable de la UCO, Félix Hernando.

Cuesta afirmó que el PP, al no dar crédito a las comparecencias de estos mandos, «erosiona el crédito de los funcionarios policiales» y se preocupa por «perseguir a los funcionarios que ejercen su derecho de asociación política», en referencia a las críticas del PP a la visita del Comisario General de Información, Telesforo Rubio, a la sede del PSOE.