El Gobierno está elaborando un plan urgente para paliar las
consecuencias de la huelga de grúas que se generalizará en los
próximos días a toda España y que amenaza con dejar en la cuneta a
más de 10.000 vehículos al día en plena vuelta de las
vacaciones.
Fuentes del Ejecutivo anunciaron que este plan, que hoy estará
concluido, contempla la posibilidad de utilizar grúas de bomberos y
de los Ayuntamientos para la retirada de vehículos.
Según los representantes de los propios gruístas, el paro tuvo
un seguimiento cercano al cien por cien en las ocho Comunidades que
ya están en huelga -País Vasco, Castilla y León, Aragón, Madrid,
Comunidad Valenciana, Asturias, La Rioja y Cataluña-, así como en
Sevilla y Cádiz, que también secundaron la medida.
Los empresarios del sector se negaron también a hacer servicios
mínimos, aunque en la mayoría de las Comunidades sí aceptaron
retirar a los arcenes los vehículos que pusieran en peligro la
seguridad vial e impidieran el tráfico, así como los que le
solicitó la Guardia Civil.
De hecho, Tráfico garantizó a los conductores que va a intentar
que todos los vehículos que se «queden detenidos» por accidente o
avería sean retirados de la calzada y no supongan un riesgo para
los conductores.
Según los cálculos de los gruístas, hasta 200.000 vehículos
podrían quedarse en las carreteras cada día por la falta de
asistencia de las grúas, cifra que descartan rotundamente en la
patronal aseguradora, UNESPA, donde calculan una media de 10.000
vehículos al día.
Después de que el martes rompieran sus negociaciones, las
aseguradoras y las empresas de grúas radicalizaron ayer sus
posturas, al asegurar las primeras que no volverán a negociar hasta
que no se suspenda el paro y afirmar las segundas que no
abandonarán la huelga hasta que no se acepte una subida del cien
por cien en sus tarifas.
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