La conclusión que se obtiene de estas anotaciones, dice el informe,
es que antes del 18 ó 19 de marzo de 2004, «en este libro se
registraban cantidades que no se correspondían con las que
realmente podrían haber sido consumidas, advirtiéndose una evidente
falta de rigurosidad en las anotaciones».
Así se indica en el «Informe sobre origen de los explosivos
usados en los atentados de Madrid» que forma parte de los
documentos remitidos el lunes a la comisión de investigación del
11-M del Congreso tras decidir el juez de la Audiencia Nacional
Juan del Olmo, que investiga hechos, levantar parcialmente el
secreto del sumario.
Este documento, realizado el pasado mes de mayo, sostiene que
tanto los explosivos como los detonadores pudieron haber sido
sustraídos en la «Mina Conchita», en el término municipal de
Belmonte de Miranda (Asturias).
En otro informe de la Guardia Civil de junio se indica que el
libro de entradas y salidas de explosivos de la citada mina, en la
que se anotan diariamente todas las incidencias relativas a la
recepción y consumo de dinamita y detonadores, refleja un cambio de
tendencia a partir del 18 de marzo de 2004.
Así, señala, mientras que en los meses de diciembre de 2003 y
enero y febrero de 2004 las cantidades consumidas en las voladuras
de la mina son siempre de 50, 100, 150 ó 200 kilos, y el gasto de
detonadores reflejado en el libro es siempre de centenas completas,
a partir del 18 de marzo comienzan a reflejase cantidades hasta
entonces inusuales pues ya no se consumen en centenas
completas.
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